La marcha tiene las pequeñas variantes de Cornatel y castro de Orellán de las que se podría prescindir, pero que no aconsejamos se haga. Es mejor disponer de un tiempo extra y dedicarse a las paradas castrejas y castellanas, amén del espectáculo de Las Médulas desde el mirador de Orellán. Muchos alicientes que se incrementan en la floración y en las exigencias trepando a las Peñas de Ferradillo que por el norte imponentes parecen en estas estribaciones occidentales de los Montes Aquilianos, así dichos por morada de imponentes rapaces.
DE ORELLÁN AL CASTILLO DE CORNATEL
La montañera puede emprenderse en una u otra dirección, si se hiciese hacia la Chana bajando, después requiere de cierta exigencia trepando hacia las Peñas; si se hace en dirección mirador de Orellán se irá subiendo progresivamente.
Vamos a tomar la opción primera para lo que en la misma entrada de este alargado pueblo un cartel nos indica al castro de Orellán, al que se accede por una rampa de subida entre encinas hasta casi situarte en la cima de este excavado castro o castrum, a modo de siderúrgica donde se fabricaban las herramientas de uso en las cercanas Médulas. Viviendas cuadrangulares, que hablan de intensa romanización, un panel explicativo y como una tarima desde la que el mismísimo procurator metalorum (procurador o gobernador de la minería aurífera) podía dirigirse a los trabajadores de la metalúrgica.
Retorno desde donde venidos; alcanzada la carretera, a izquierda y más adelante, un vial asfaltado, paralelo a la carretera a derecha, va descendiendo hasta las primeras casas desde donde parte un serpenteante camino y luego sendero en dirección sur hacia el fondo del valle entre las floresta hasta tocar un arroyo que vadearemos ; por la fronda alcanzaremos la misma Chana caminando por un tramillo por el asfalto; la aldea ésta con su ermita.
Continuaremos dirección este, paralelos al regato de Ferradillo, lo pasaremos para alcanzar un poco más arriba Paradela de Muces, donde en casa de Celso se puede ver algo diferente, relacionado con el rural medio, cuando seguimos hacia la cima para dirigirnos por un camino al castillo de Cornatel, que antes fue castillo de Ulver, en el IX y X como destacada avanzadilla en la llamada Reconquista; templario casi cien años, al cederlo Alfonso XI, pasaría a los condes de Lemos, señores de Ponferrada y Monforte, que debieron reconstruirlo al abatirlo Os Irmandiños. Los Fernández de Castro llevarían el título de Condes de Lemos y Trastámara.
DE VILLAVIEJA A PEÑAS DE FERRADILLO
Pasamos al lado del castillo y seguimos a el aldeamiento de Villavieja continuando un vial asfaltado por unos centenares de metros. Desde esta aldea un camino hacia el oeste nos colocará, después de una subida, en el castro de Peña del Hombre, 7.000 metros de superficie, 4 metros de altura de murallas y las excavaciones que dejan ver la huella romana en sus cuadrangulares viviendas.
Desde aquí, a la vista, enfrente, de una cantera de pizarra, optaremos por continuar la pista, pasar por la aldehuela de Ferradillo y continuando la pista accedemos a la portilla de Ferradillo donde viraremos a derecha para crestear por las peñas viendo a nuestros pies gran parte de la feracísima llanura berciana cerrada por El Gistredo y Ancares por el norte, y por el sur, por los Aquilianos donde nos encontramos. Incluso se podría abreviar en una trepada no difícil poco antes del pueblo de Ferradillo.
ÁREA DE PLACIAS Y MIRADOR DE ORELLÁN
Merece la pena una detención antes de crestear en dirección oeste y en suaves descensos hacia el área de Placias donde nos encontraremos con el canal principal de los muchos que nutrían de agua la minería áurea de Las Médulas, ya por las faldas norte de estos Aquilianos captando aguas del río Valdueza y de las escorrentía; por el sur de esta montaña, salvando numerosos accidentes montañosos, uno de entre varios el más largo, de 140 kilómetros, captando las aguas de la cuenca del Duero. Una obra ingente de la ingeniería romana trayendo aguas del río Cabrera, los otros más cortos.
Bajando, dirección norte, accederemos al mirador de Orellán donde se contempla la totalidad del yacimiento a cielo abierto. Pasado el mirador y en bajada caminaremos a izquierda por una pista, que por entre brezos y castaños nos hará pasar por encima de la diseminada aldea de Orellán, de muy típicas casas, que merecerán nuestra atención y detención, por lo muchísimo que estas tierras orientales a las nuestras ofrecen a montañeros, caminantes o simples visitantes.
