La empresa Ecourense denuncia por segundo día consecutivo daños en los vehículos de la recogida de basura

Otro sabotaje obliga a los servicios de limpieza a trabajar con escolta policial

Una dotación de la Policía Nacional supervisa el cumplimiento de los servicios mínimos.
Con escolta policial. Así debieron realizar ayer la recogida de basura los tres camiones que conforman los servicios mínimos de la huelga de la limpieza de la ciudad. La segunda jornada de paro acabó, tal y como había ocurrido en la primera, con una denuncia de la empresa, Ecourense, por sabotajes en estos vehículos, según confirmaba ayer el gerente, Juan Pérez.
La mayoría de los operarios que participa en los servicios mínimos -31 en total, 29 de ellos en el turno de la mañana- salieron a las seis de la mañana de la nave de O Pino sin que se produjeran incidentes. Sin embargo, Pérez aseguraba que cuando los camiones se encontraban en el Casco Vello, la Praza de Abastos y Ramón Cabanillas (respectivamente) 'los paró un piquete para informar a los operarios y, al continuar el trabajo se dieron cuenta de que les habían cortado los cables eléctricos' con los que se maneja la parte del vehículo que recoge la basura. Estos sabotajes obligaron, según explicó el gerente, a interrumpir la tarea de recogida durante dos horas, el tiempo que fue necesario para subsanar los daños. El resto de operarios de los servicios mínimos realizó su trabajo sin problemas.

El comité de empresa de Ecourense, por su parte, se desvinculaba ayer de cualquier tipo de sabotaje al asegurar su presidente, Francisco Álvarez, que 'todo iso é á marxe do comité e dos traballadores'. Mientras, el responsable de la CIG, Etelvino Blanco criticaba que se esté 'utilizando á Policía Local e a un número importante da Policía Nacional en beneficio dunha empresa', vinculando las denuncias a 'manobras (de la concesionaria del servicio) para poñer á opinión pública en contra dos traballadores'.

La huelga entra hoy, primer día laborable desde que comenzó, en una fase en la que se verá más claramente el seguimiento por parte de los trabajadores, dado que en los días anteriores los turnos eran más reducidos por coincidir con fin de semana y festivos. Así, al turno de mañana de hoy están convocados alrededor de 120 empleados. Los representantes sindicales no descartaban ayer que en estas próximas jornadas se produjera una asamblea de trabajadores con el propósito de abordar posibles movilizaciones. En todo caso, Francisco Álvarez señalaba ayer que esperan que empresa o Concello muevan ficha en el conflicto. 'Dános igual que sexa un ou outro. Nós estamos abertos a todo', aunque reitera que 'o que nos preocupa é que unha compañeira foi despedida inxustamente e queremos que a readmitan'.

A comienzos del conflicto laboral, el comité de empresa había solicitado una reunión con el alcalde para que mediase más abiertamente, encuentro que, hasta el momento no se ha producido. Por eso desde la CIG acusan al regidor de 'absentismo'.

Los responsables sindicales consideran abusivos los servicios mínimos establecidos por el Concello -en base a un informe de la asesoría jurídica y que coinciden con los acordados por unanimidad en la pasada huelga general- y piensan recurrirlos.

Contenedores llenos

Los días juegan en contra y, tras dos jornadas de huelga, la ciudad empieza a notar con mayor intensidad el paro indefinido del servicio de limpieza y recogida de basura.
Los contenedores a rebosar son ya una constante desde A Ponte hasta Barrocás pasando también por O Couto, la avenida de La Habana y el Casco Vello, por poner sólo algunos ejemplos. En pleno puente de Todos los Santos, los visitantes que ayer paseaban por la zona más emblemática de la ciudad se topaban de frente con montones de basura -principalmente, envases de bebidas- en la calle de A Paz o en la plaza Eironciño dos Cabaleiros, entre otras. Y ello a pesar de que los servicios mínimos priorizaron la limpieza de la zona de los vinos, más afectada después de una noche de fiesta, y que puntos tan céntricos como la calle del Paseo lucieran a mediodía sin la menor resaca de huelga.

Pero, ¿cómo se están distribuyendo los 31 operarios que integran los servicios mínimos estipulados por el Concello? Según el gerente de Ecourense, Juan Pérez, 'estamos priorizando aquellas zonas donde puede haber más riesgos para la salud, actuando en zonas más generadoras de basura. Aunque intentamos atender a todos, con tres camiones no es fácil'. La situación, si no se remedia, será aún más caótica a partir de hoy, dado que en los días laborables se genera mayor cantidad de basura, convirtiéndose los contenedores que atienden a supermercados y la Praza de Abastos en uno de los objetivos prioritarios de actuación.

Al margen de los contenedores llenos -en algunos casos, ya rodeados- de bolsas de basura, los ciudadanos se han topado también con los cubos tirados por el suelo y los desperfectos esparcidos por el suelo, incluso en lugares donde ni siquiera hay contenedores, como el interior del Jardín de O Posío. Ante esta situación, muchos ourensanos mostraban ayer sus estupefacción por el hecho de que 'tengamos que sufrir todos las consecuencias de un conflicto laboral que se podría haberse solucionado con un acuerdo entre las partes', según comentaban.

Así, los ourensanos esperan que el conflicto se solucionase rápidamente, ya que auguraban que 'a medida que pasen los días será peor'. Y es que, si nada lo remedia, los efectos de la huelga no han hecho más que empezar.

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