Cientos de feligreses y un buen número de sacerdotes, además de las autoridades municipales, participaron ayer en la procesión en honor del patrón de Carballiño, San Cibrao, que recorrió las calles del centro de la villa para rematar en A Veracruz, en donde se celebró una misa solemne. Fue el día grande de las fiestas de septiembre, en el que los actos religiosos tienen cada año especial relevancia y para el que la comisión organizadora siempre se esmera en ofrecer un programa más atractivo si cabe que en las restantes jornadas.
No obstante, este año se ha echado en falta el concierto de una banda de música, que siempre ofrecía un pasacalles y concierto a la salida de la misa, pero en esta ocasión el presupuesto no ha dado para más y la música únicamente estuvo presente durante la procesión. La ausencia del concierto se compensó con grupos de gaitas y charangas, la verbena con la orquesta Panorama y la segunda tirada de fuegos.
