CELEBRACIÓN

San Roque peregrinó por la ciudad

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photo_camera San Roque camino de Santa Eufemia, acompañado por la Policía Local.

El alcalde junto con miembros de la Corporación municipal y agentes de la Policía Local participaron ayer en la procesión de San Roque desde la Catedral hasta Santa Eufemia, entre la expectación de vecinos y turistas.

Los miembros de la Corporación municipal y agentes de la Policía Local fueron ayer fieles a la tradición secular de acompañar en procesión a la figura de San Roque -patrón oficioso del cuerpo policial-, desde la Catedral de San Martiño hasta la iglesia de Santa Eufemia del Norte. Una tradición que se remonta al siglo XVII cuando, como se encargó de recordar el archivero de la Catedral, Miguel Ángel González, "la ciudad se libró de una de las múltiples epidemias de peste que en aquellos tiempos asolaban Europa, gracias a la petición de intercesión ante el santo de Montpellier".

Desde aquel momento, "todas las corporaciones han acompañado a la figura del santo en su recorrido, que en tiempos hacía una parada ante el edificio del antiguo hospital construido en los terrenos que actualmente ocupa Correos, donde el santo tenía su capilla", explicó el archivero de la Catedral.

El alcalde de Ourense, Jesús Vázquez, estuvo acompañado en el recorrido por los ediles "populares" José Araújo -que portó el estandarte de la ciudad-, Flora Moure y Sofía Godoy, así como por Armando Ojea, Domingo Castro, Manuel Álvarez y María del Mar Fernández Dibuja de Democracia Ourensana. No acudió, por contra, ningún edil del PSOE ni de Ourense en Común al tradicional acto de agradecimiento al santo.

La banda de gaitas de Verea fue la encargada de acompañar a la Corporación, interpretando marchas procesionales como la de la Catedral de Tui o San Benito, a lo largo de un recorrido que se inició, entre gran expectación de vecinos y turistas, en la Praza Maior para acceder a la Catedral desde la Plaza de las Damas y recoger la imagen de San Roque camino de San Eufemia por la calle Juan de Austria, y regresar posteriormente al templo catedralicio donde se ofició la misa solemne, presidida en esta ocasión -algo novedoso en esta festividad- por el obispo de Ourense, Leonardo Lemos. El prelado ensalzó la figura de San Roque, "nacido en Montpellier, una ciudad que en aquel momento formaba parte de la corona de Aragón, en el seno de una familia acomodada". Leonardo Lemos recordó que Roque de Montpellier se puso a disposición de los enfermos y "pronto se convirtió en el santo más taumatúrgico -que más prodigios realizó- del momento".

Prodigios que siguió realizando tras su muerte, como ejemplifica la ciudad de Ourense que en ese siglo XVII era asolada por la peste y quedó libre del "terrible mal" gracias a la intercesión del santo.

Leonardo Lemos finalizó su homilia señalando que la provincia sigue sufriendo en la actualidad otras pestes más propias de este tiempo, como "los malos hábitos entre nuestros ciudadanos que afectan a la unidad familiar" o la plaga de "los incendios". En este sentido, recordó las indicaciones del papa Francisco de "luchar por preservar la naturaleza". Tras el acto religioso, la Policía Local tuvo una recepción oficial a las autoridades locales en su sede

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