El teniente alcalde de Ourense, Alexandre Sánchez Vidal del BNG, atribuyó al regidor Francisco Rodríguez del PSOE, la paralización del trámite para que la ciudad pase a formar parte del Consorcio Galego de Benestar Social, en el que es la única gran ciudad gallega ausente, según un comunicado.
El teniente alcalde Sánchez Vidal, según el escrito de su departamento, considera que la decisión de paralización del proceso no es una decisión del alcalde de Ourense sino que corresponde a una estrategia de partido.
A consecuencia de esa estrategia, según el BNG, el teniente alcalde tuvo que firmar con el vicepresidente de la Xunta, Anxo Quintana, acuerdos por separado para garantizar la puesta en marcha este año de dos escuelas infantiles en los barrios de Barrocás y casco histórico.
Según el escrito, el ahora alcalde Francisco Rodríguez y el PSOE de la ciudad pidieron desde la oposición al anterior Gobierno municipal del PP que firmase la entrada en el consorcio ya que Ourense era ya entonces la única ciudad que no forma parte de la red gallega de Benestar Social.
El BNG del grupo de Gobierno ve ahora sorprendente que el alcalde no firme un acuerdo que traería a la ciudad la construcción, mantenimiento y gestión de cinco escuelas infantiles, una residencia para mayores con servicio de atención domiciliaria, un centro de día, otro específico para enfermos de Alzheimer, una casa de acogida para mujeres víctimas de maltrato.
Formar parte del consorcio, según el comunicado, también haría posibles dos propuestas del propio PSOE que son abrir un hogar del transeúnte y un centro cívico en un barrio de la ciudad, a mayores de los ya existentes en el casco histórico.
La inversión total que recibiría la ciudad de Ourense, si estuviese en el consorcio, sería de 15 millones de euros y la garantía de la Xunta de gestionar y mantener los centros que formarían parte de un sistema público y universal.
La alternativa, según el BNG, es la propuesta por la Federación Gallega de Municipios y Provincias (Fegamp) y se basa en la concesión o en la caridad pública y privada, lo que equivale a un sistema deficitario, no universal y no gratuito.
El protocolo para la entrada de Ourense en el consorcio está pendiente de firma desde hace seis meses y de él depende el cumplimiento de compromisos adquiridos en la campaña electoral de 2007 tanto por el BNG como por el PSOE, reza el escrito.
A consecuencia de esa estrategia, según el BNG, el teniente alcalde tuvo que firmar con el vicepresidente de la Xunta, Anxo Quintana, acuerdos por separado para garantizar la puesta en marcha este año de dos escuelas infantiles en los barrios de Barrocás y casco histórico.
Según el escrito, el ahora alcalde Francisco Rodríguez y el PSOE de la ciudad pidieron desde la oposición al anterior Gobierno municipal del PP que firmase la entrada en el consorcio ya que Ourense era ya entonces la única ciudad que no forma parte de la red gallega de Benestar Social.
El BNG del grupo de Gobierno ve ahora sorprendente que el alcalde no firme un acuerdo que traería a la ciudad la construcción, mantenimiento y gestión de cinco escuelas infantiles, una residencia para mayores con servicio de atención domiciliaria, un centro de día, otro específico para enfermos de Alzheimer, una casa de acogida para mujeres víctimas de maltrato.
Formar parte del consorcio, según el comunicado, también haría posibles dos propuestas del propio PSOE que son abrir un hogar del transeúnte y un centro cívico en un barrio de la ciudad, a mayores de los ya existentes en el casco histórico.
La inversión total que recibiría la ciudad de Ourense, si estuviese en el consorcio, sería de 15 millones de euros y la garantía de la Xunta de gestionar y mantener los centros que formarían parte de un sistema público y universal.
La alternativa, según el BNG, es la propuesta por la Federación Gallega de Municipios y Provincias (Fegamp) y se basa en la concesión o en la caridad pública y privada, lo que equivale a un sistema deficitario, no universal y no gratuito.
El protocolo para la entrada de Ourense en el consorcio está pendiente de firma desde hace seis meses y de él depende el cumplimiento de compromisos adquiridos en la campaña electoral de 2007 tanto por el BNG como por el PSOE, reza el escrito.
