La Asociación Sectorial de Criadores Avícolas de Galicia (Acriaga) ha solicitado de la Xunta de Galicia medidas de apoyo a las explotaciones para inversiones que incidan en la reducción de costes mediante estrategias de ahorro y eficiencia energética.
En este sentido, reclama que la Consellería de Medio Rural incluya las obras e instalaciones en las granjas de pollo en la próxima convocatoria de ayudas para la modernización de las explotaciones agrarias.
También solicitan que las ayudas a proyectos de energías renovables que anualmente convoca el Inega consideren admisibles los generadores de aire caliente que emplean biomasa como combustible, ya que es la tecnología más adecuada para la calefacción de las granjas.
Acriaga recuerda en su escrito que el sector avícola de carne es una de las producciones ganaderas más afectadas por la subida del precio de la energía, ya que la calefacción y electricidad, que es fundamental en las granjas, suponen más del 30 por ciento de los costes de producción.
Subraya que, desde el año 2009, el gas propano subió un 53,37 por ciento, y la electricidad más de un 73 por ciento, mientras que el precio que recibieron los granjeros permaneció estable desde el año 2007 hasta el 2012 y se redujo en 2013, 'debido a la presión de las cadenas de distribución alimentaria, que emplean la carne de pollo como producto de reclamo'. Precisamente, este problema ha ocasionado ya sus protestas porque esa reducción de precios ha puesto en peligro la viabilidad de las granjas avícolas, que generan muchos puestos de trabajo y son el sustento de miles de familias gallegas, y también ourensanas.
Finalmente, la Asociación cifra estas pérdidas medias en más de 23.500 euros por granja, lo que supone que ascienden a más de 19 millones de euros para el conjunto del sector en Galicia, una cifra, dicen, lo suficientemente elevada como para que la Xunta adopte medidas de apoyo a esta actividad empresarial.
También solicitan que las ayudas a proyectos de energías renovables que anualmente convoca el Inega consideren admisibles los generadores de aire caliente que emplean biomasa como combustible, ya que es la tecnología más adecuada para la calefacción de las granjas.
Acriaga recuerda en su escrito que el sector avícola de carne es una de las producciones ganaderas más afectadas por la subida del precio de la energía, ya que la calefacción y electricidad, que es fundamental en las granjas, suponen más del 30 por ciento de los costes de producción.
Subraya que, desde el año 2009, el gas propano subió un 53,37 por ciento, y la electricidad más de un 73 por ciento, mientras que el precio que recibieron los granjeros permaneció estable desde el año 2007 hasta el 2012 y se redujo en 2013, 'debido a la presión de las cadenas de distribución alimentaria, que emplean la carne de pollo como producto de reclamo'. Precisamente, este problema ha ocasionado ya sus protestas porque esa reducción de precios ha puesto en peligro la viabilidad de las granjas avícolas, que generan muchos puestos de trabajo y son el sustento de miles de familias gallegas, y también ourensanas.
Finalmente, la Asociación cifra estas pérdidas medias en más de 23.500 euros por granja, lo que supone que ascienden a más de 19 millones de euros para el conjunto del sector en Galicia, una cifra, dicen, lo suficientemente elevada como para que la Xunta adopte medidas de apoyo a esta actividad empresarial.
