Una noche en la discoteca, luces de colores eléctricos, piel, sexo y bondage. Adolfo Domínguez presentó su nueva colección primavera-verano a través de 40 modelos que ejecutaron una performance de la mano de diferentes artistas. La cita tuvo lugar en la propia nave de los diseñadores con un público concreto: los trabajadores de la empresa.
La música, el baile y el teatro generaron una experiencia inmersiva en el mundo de la marca, que este año apostó por el sexo y la diversidad. Personas del mundo real que encontrar en la calle: "Este desfile es inconformista y activista, nuestros casting no es profesional, precisamente porque queremos cambiar el canon que ha determinado lo que es bello", relataba Tiziana Domínguez.
A lo largo del tres actos, los modelos desfilaron vestidos en gamas marrones simulando los colores de la tez humana, azules y verdes eléctricos que se combinaron en un estampado, además del negro, fueron los colores elegidos para la colección. Un conjunto de prendas que no se despegaron del minimalismo, la sobriedad y la funcionalidad a la que acostumbra Adolfo Domínguez.