“Me siguen despertando las bombas”

photo_camera Varias mujeres ucranianas y sus hijos se han instalado en el Seminario Menor después de llegar a la ciudad con la expedición "SOS Ternópil Galitzia".
Antonina está de 24 semanas, Larisa llega de una ciudad completamente arrasada, Iulia preparaba comida y cócteles molotov y Tetiana aún escucha las sirenas mientras duerme. 

Antonina Bogachuck es la única embarazada del grupo. Está de 24 semanas y hace cuatro no se imaginaba la posibilidad de dar a luz en Ourense. “Tenía una vida normal con mi esposo, nos preparábamos para tener a nuestro primer hijo. Se nos ha parado la vida, pero decidimos que yo tenía que salir para poder salvar a mi hijo”.

Las primeras palabras de Larisa Yschuk son para Hugo y Antonio, el enfermero y el médico que viajaron en la expedición.“Traían todos los medicamentos, gracias a ellos estamos vivos con nuevas esperanzas”. Habla de su hija y de su nieto, ambos tienen epilepsia. Larisa tenía un buen trabajo. “Gracias a mi empleo en una firma, dejamos el apartamento como nuevo antes de la guerra. Ahora, la tercera parte de mi ciudad está destruida. Ya no tiene defensores, se ha quedado en manos de los rusos”. Recuerda que “en un día puede haber siete u ocho bombardeos” y casi no puede contener las lágrimas: “Gracias España por este gran corazón, dentro del dolor nos han hecho sentir personas nuevamente”.

Aisha Reshetnyat vivía en una ciudad pequeña y trabajaba en una guardería. “No vivía espléndida, pero vivía tranquila y feliz”, explica esta madre de dos niños. “¿Cómo me siento ahora? Confortada”.

Iulia Aldabaieva vivía en una de las ciudades menos afectadas por la guerra. Es madre de dos niños. “No pensaba salir de allí, pensé en permanecer todo el tiempo, pero al ver en el aire aviones de guerra comencé a tener miedo por mis hijos. Vine para salvar a mis hijos. Estuve todo el tiempo tratando de ser útil a la patria, pero ya estaba en juego la vida de mis hijos. En la guerra preparé alimentos para los hombres del frente y ayudé a preparar cócteles molotov”.

Nelia Mijail Ianmniuk es madre de cinco hijos, todos están en el Seminario Menor. Ella es la más esperanzada del grupo de mujeres. “Como es padre de cinco hijos, a mi marido le han permitido salir y llegará a Ourense. Hemos decidido quedarnos aquí. En mi ciudad aún se vive tranquilidad, pero con cinco hijos no podía esperar al último momento”.

Tetiana Mostichuuk es la más alterada. “Me siguen despertando las bombas. Constantemente escucho las sirenas en el oído”, repite. Mostichuuk dice que es muy valiente: “Llegué a tomar las armas, no tengo miedo. Lo que más deseo es trabajar para ayudar a mi hijo a salir de allí”.

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