Una vez finalizado el periodo de exposición pública del nuevo Plan Xeral, y a falta del recuento final de las alegaciones presentadas, la concejala de Urbanismo aseguró ayer que la respuesta de los ourensanos ante el nuevo planeamiento fue "moitísimo máis contida do que esperabamos".
Soto puso como ejemplo lo ocurrido en los planes generales de A Coruña y Vigo, donde el número de alegaciones llegó a 42.000 y 61.000, respectivamente, lo que, en términos proporcionales, sería como si en la ciudad se presentasen en torno a 20.000, una cifra muy superior a las -por el momento- más de 5.100 registradas en Ourense. El último planeamiento aprobado en la ciudad, en 2003, recibió en torno a 3.000 alegaciones.
Empieza ahora el periodo de comprobación de las alegaciones y la tramitación de 54 informes sectoriales de diversas administraciones y organismos oficiales. Algo que, según Soto, podría quedar resuelto a lo largo de este año, en el que también podría ser aprobada la nueva Lei do Solo de Galicia, que podría conllevar la necesidad de introducir cambios en el documento. Con todo, la concejala evitó asegurar si el planeamiento podría ser aprobado provisionalmente en este mandato, que finaliza en mayo de 2015. "As sentencias xudiciais que vaian caendo ó longo deste ano dirán se imos máis rápido ou non", afirmó la concejala, en referencia a la posible anulación de la ordenación urbanística provisional a lo largo del 2014.
Soto aprovechó su intervención para pedir "responsabilidade" a los grupos políticos y sociales de la ciudad, instándoles también a "ceder" en sus planteamientos ante el nuevo Plan Xeral. En cuanto a la receptividad del gobierno local a aceptar propuestas para el documento, Soto explicó que "o único límite (que pone) é que o Plan Xeral non poida ser nunca anulado" y advirtió que algunos de los informes pendientes podrían ser aún más restrictivos que el Plan.
