La trágica muerte de un matrimonio de Cartelle por inhalación de monóxido de carbono en febrero de 2009 sentará hoy en el banquillo del Juzgado de lo Penal 2 de Ourense a un supervisor de gas, Emilio F.B., de 60 años, a quien el ministerio público acusa de cometer dos delitos de homicidio imprudente.
El fiscal del caso entiende que las 'graves deficiencias' que presentaba la instalación de gas de la vivienda de los fallecidos -Luis Blanco, exalcalde del municipio, y su esposa, Mercedes Peralta- propiciaron un escape de monóxido de carbono que causó el fatal desenlace.
Para reforzar tal extremo sostiene que el encausado, que ostentaba el cargo de jefe de sección en la empresa privada Orbugas y realizaba controles periódicos para esta compañía, inspeccionó la vivienda del matrimonio en múltiples ocasiones, pero que lo hizo 'con omisión de la más elemental diligencia'. Hasta tal punto, según aprecia el representante de la Fiscalía en su escrito de acusación provisional, que 'no hizo constar la existencia de las deficiencias para su subsanación', por lo que se habría desencadenado el escape que propició el trágico suceso.
El fiscal asegura que la instalación de gas de la casa, emplazada en el número 46 de la localidad de Cartelle, en las cercanías de la carretera que enlaza este municipio con el de Celanova, se puso en marcha en 1976 y que, cuando ocurrieron los hechos, presentaba un total de 11 defectos. Entre ellos, se encuentran la inexistencia de una rejilla inferior de salida de gases o las perforaciones que tenían los conductos de evacuación de una caldera ubicada en el inmueble.
Pese a que el procesado acudió al domicilio de los fallecidos a efectuar inspecciones en 2005, 2006, 2007 y 2008 no alertó de la existencia de estas deficiencias que incumplían la actual normativa vigente, según la acusación pública.
El matrimonio fue hallado muerto el 7 de febrero de 2009 en su domicilio por un vecino del municipio que, a petición de la hija de los fallecidos, se desplazó hasta la casa dado que no respondían al teléfono.
El fiscal solicita para el procesado una pena de tres años y medio de cárcel por un doble homicidio imprudente.
Para reforzar tal extremo sostiene que el encausado, que ostentaba el cargo de jefe de sección en la empresa privada Orbugas y realizaba controles periódicos para esta compañía, inspeccionó la vivienda del matrimonio en múltiples ocasiones, pero que lo hizo 'con omisión de la más elemental diligencia'. Hasta tal punto, según aprecia el representante de la Fiscalía en su escrito de acusación provisional, que 'no hizo constar la existencia de las deficiencias para su subsanación', por lo que se habría desencadenado el escape que propició el trágico suceso.
El fiscal asegura que la instalación de gas de la casa, emplazada en el número 46 de la localidad de Cartelle, en las cercanías de la carretera que enlaza este municipio con el de Celanova, se puso en marcha en 1976 y que, cuando ocurrieron los hechos, presentaba un total de 11 defectos. Entre ellos, se encuentran la inexistencia de una rejilla inferior de salida de gases o las perforaciones que tenían los conductos de evacuación de una caldera ubicada en el inmueble.
Pese a que el procesado acudió al domicilio de los fallecidos a efectuar inspecciones en 2005, 2006, 2007 y 2008 no alertó de la existencia de estas deficiencias que incumplían la actual normativa vigente, según la acusación pública.
El matrimonio fue hallado muerto el 7 de febrero de 2009 en su domicilio por un vecino del municipio que, a petición de la hija de los fallecidos, se desplazó hasta la casa dado que no respondían al teléfono.
El fiscal solicita para el procesado una pena de tres años y medio de cárcel por un doble homicidio imprudente.
