Reportaje

El Tamagotchi resucita en Ourense

Una clienta busca juguetes en un establecimiento de la ciudad.
photo_camera Una clienta busca juguetes en un establecimiento de la ciudad.
Uno de los juguetes más solicitados en las cartas de los Reyes es el Tamagotchi, así como los artículos relacionados con el fútbol o los animales interactivos. La campaña repuntó en los últimos días, también en el comercio local.

En la jornada de este miércoles, las jugueterías trataban de asumir el trasiego típico de las compras de última hora. Los pajes se afanaban en cerrar los detalles de los regalos que los Reyes dejarán, por arte de magia, en las decenas de miles de hogares de la provincia.

Y se notaba, por ejemplo, en el Centro Comercial Ponte Vella, que registraba ayer una buena afluencia de clientela en busca de presentes para amigos y familiares. En una juguetería, una larga cola de estos pajes aguardaba para llevarse los juguetes más deseados.

Uno de los artículos que más peticiones acumula, no solo en Ourense, sino en toda la comunidad, es la que fue la mascota electrónica por excelencia en los noventa: el Tamagotchi. Vuelve a ser uno de los juguetes más solicitados por Reyes en las cartas de los niños ourensanos. Estos dispositivos se pueden conseguir en un rango de entre 20 y 60 euros, con un formato muy similar al tradicional, pero que en la actualidad incluso incorpora cámara de fotos en algunos modelos. También destacan otros clásicos, como los Lego y los Playmobil o juegos de mesa como el Cluedo o el Trivial.

"Con el mundial voló todo"

El éxito riega otro clásico, y además simple: el balón de fútbol. “Este año, con el Mundial, todo lo de fútbol voló”, comenta Ledicia Fernández, encargada de Juguettos, quien enumera los entretenimientos que ansían los pequeños: “Va un poco por edades. Los niños de entre cinco y seis años, los Superthings; sobre los seis-siete, Pokemon y Sonic”. Y es que, según explica, “los muñecos de personajes de videojuegos también les gustan”. Asimismo, en las cartas a los Reyes Magos se piden muchas “barbies disfrazadas de animales. Se agotaron muy rápido”. Pero las grandes estrellas, dice Ledicia, son “los juegos de mesa y animales interactivos, siempre. Todos los años”.

Buena cosecha

Las ventas son similares a las del año pasado, según explica Ledicia, a pesar de que las compras están tendiendo a retrasarse en comparación al año pasado. En el pequeño comercio, incluso, las percepciones apuntan a una mejoría. “Respecto a otros años, me da la sensación de que mejor”, comenta Luis Rivera, del Centro Comercial Aberto Ourense Centro.

“Estamos notando que esta semana final de Reyes el comportamiento es muy bueno”, explica, a pesar de que las previsiones que se hacían antes de la Nochebuena no eran tan alentadoras y se percibía falta de clientela. “Falta saber si se compensa esa pequeña bajada”, una bajada que matiza: “Nos pusimos unas perspectivas muy altas en la campaña de Navidad, y a lo mejor no se cumplieron al 100%”.

Rivera afronta con optimismo el final de la campaña. “Creo que estamos casi en números de prepandemia, aunque no llegamos. Estamos contentos, no para tirar cohetes, pero sí”, dice.

Y los adultos, ¿qué regalos buscan cuando acuden al comercio local? Rivera dice que “la electrónica sigue siendo uno de los grandes”, pero el número uno es, “como siempre, el textil”.

Un juego de mesa “made in Ourense” consigue lanzar su segunda edición

Germán Ricoy y María Eiriz vivían en la isla africana de La Reunión, en el océano Índico. Pero con la pandemia cambiaron de aires y volvieron a la tierra de Eiriz, Ourense, donde fundaron la editorial independiente de juegos de mesa Buscalume. Con ella sacaron un juego “made in Ourense” y firmado por ellos mismos: “¡Caninos!”. “La primera edición la hemos agotado, y acabamos de sacar la segunda”, dice Ricoy. De momento, solo editaron este juego, aunque prevén editar a otros autores: “Para este año tenemos previsto sacar tres juegos más”.

La dinámica es la de un juego familiar “que trata de perros, pizzas y mapaches místicos”. Tiene 134 cartas y “es bastante loco”, bromea el creador. Los jugadores deben robar trozos de pizza con cartas de perros, cada uno con distintas habilidades. “La gente que lo ha jugado dice que es muy divertido”, comenta Ricoy. La creatividad ourensana tiene éxito.

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