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La Tecnópole abre un búnker para documentación sensible

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photo_camera La puerta de seguridad del búnker, instalado en el edificio inteligente de la Tecnópole.

Disponible para empresas de Galicia y norte de Portugal, está ubicado en el Edificio Inteligente

La Tecnópole acaba de incorporar un búnker de alta seguridad como nuevo servicio que pone a disposición del tejido empresarial gallego y también del norte de Portugal. La instalación de alta seguridad tiene 67 metros cuadrados preparados para la custodia de todo tipo de soportes documentales de carácter confidencial. Documentos recogidos en cualquier tipo de soporte, ya sea en papel o electrónico.

Esta instalación, que es fruto de un estudio previo de las necesidades expresadas por los empresarios a nivel provincial y gallego, está situada en el Edificio Inteligente Tecnópole I, y une a sus 67 metros cuadrados de superficie otros tres metros de altura, todos ellos disponibles para el almacenamiento de información confidencial, más una oficina anexa. Los sistemas de acceso y de seguridad son de última tecnología, al mismo nivel que los utilizados en bancos, joyerías y administraciones de lotería, por ejemplo. Los paneles de la cámara acorazada, sellados mediante soldadura eléctrica, están testados y certificados en los niveles máximos de seguridad.

De hecho, el búnker ha sido realizado por la empresa Ferrimax, cuya fábrica está radicada en Barcelona, y que es de las pocas que están capacitadas para producir este tipo de instalaciones tan específicas y que exigen una serie de prescripciones de seguridad muy determinadas, marcadas por la legislación europea.

Cuenta con una puerta acorazada con trampón de emergencia -puerta más pequeña- y mecanismo de cierre con doble llave de seguridad y combinación electrónica tanto para la puerta principal cómo para el trampón de emergencia, además de la posibilidad de acceder con lector de huella.

El búnker cuenta con un sistema individual de climatización para garantizar la idónea conservación de la documentación y un sistema propio de extinción de incendios. En esta instalación pueden guardarse "desde datos bancarios hasta historiales clínicos con los que pueda haber trabajado un centro de investigación, por ejemplo, y que es información sensible que no puede ser divulgada y debe custodiarse según unas normas estrictas", según señalan desde la Tecnópole.

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