La falta de presión en la traída dificulta la tarea de enfriar las pozas, generando quejas de los usuarios

La temperatura del agua en el Muiño da Veiga frena su uso

La elevada temperatura mantiene prácticamente vacías algunas de las charcas del Muíño da Veiga. (Foto: XESÚS FARIÑAS)
Las charcas del Muíño da Veiga están que arden. Y ya no sólo porque las elevadas temperaturas de las últimas semanas contribuyan a subir la temperatura del agua termal sino también por los problemas en la presión del agua de la traída con la que habitualmente se enfrían las charcas para hacerlas viables para el baño.
La situación está causando bastante malestar entre los usuarios de esta zona termal, hasta el punto de producirse situaciones pintorescas como algún usuario cogiendo agua del río en un cubo para enfriarla. Desde el Concello se reconoce 'hay momentos del día en que baja la presión del agua de la traída y no se puede enfriar adecuadamente', si bien se asegura que la empresa concesionaria del servicio de abastecimiento, Aquagest, ya se ha comprometido a subsanar esta situación. De hecho, hace ya una semana se daba por arreglado el problema pero lo cierto es que volvió a ser detectado -y sufrido por los bañistas- durante los últimos días.


LA TEMPERATURA

Además, según algunos usuarios, la falta de presión en el agua afecta también a las duchas de esta zona termal e incluso al riego del césped de parte de las zonas verdes más próximas, por lo que también se está viendo resentido. Mientras, fuentes municipales insisten en que la situación está en visos de solucionarse por parte de la empresa adjudicataria del servicio de agua.

La pozas del Muíño da Veiga toman agua de una surgencia termal cuya temperatura oscila entre los 65 y los 72 grados, por lo que, al igual que ocurre con otras termas de la ciudad, es necesario añadirles agua fría para rebajar la temperatura, de forma que puedan ser aptas para el baño. En esta zona hay cuatro pozas -dos más pequeñas- y sus aguas están indicadas para el tratamiento de afecciones reumáticas, artrosis, eczemas y dermatí­tis atópica.

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