El antropólogo ourensano Manuel Mandianes Castro natural de la comarca de A Limia, participó ayer en el Foro La Región, a través de una charla-coloquio en el que descubrió las teorías filosóficas que han llevado a la crisis de valores y de la verdad absoluta, así como a la ausencia de dios en los templos. Para Mandianes, los nuevos fenómenos sociales como el amor al fútbol, la moda o el botellón no son más que un intento de rehacer el espacio público de sociabilidad, menguado en el paso de los años por el exceso de conceptos religiosos.
Comenzó afirmando que ha aprendido más filosofía y antropología en las tabernas jugando cartas con sus amigos de Loureses y Barcelona que en la Sorbona de París, en Estrasburgo o en los centros científicos de Madrid. Haciendo gala de su peculiar humildad y carisma, y con la misma cha queta que compré hace 10 años, el antropólogo, etnógrafo e investigador ourensano del Centro Superior de Investigaciones Científicas, Manuel Mandianes Castro, visitó ayer la ciudad que lo vio crecer desde el Bachillerato, para participar en el Foro La Región, a través de una ponencia titulada ¿Desaparece la religión.
Un buen número de personas en el Centro Cultural de la Diputación escucharon las reflexiones de Mandianes Castro, quien para introducir al público en el tema realizó un recorrido por las distintas corrientes filosóficas de la humanidad, pasando por el marxismo, que acabó con la idea del hombre apostando por la colectividad; por el estructuralismo que enterró al sujeto; el nihilismo, que aseguraba que todos los valores que fundaban la idea de persona ya no existen, hasta llegar al postmoder nismo, donde se piensa que como no hay verdades absolutas dios ha muerto y todo vale, a pesar de que no es lo mismo dar un cachete a un niño que un ataque terrorista. Esta crisis de valores nos ha llevado a lo que él definió como el vaciamiento de los templos, en este caso, la falta de religiosos en los templos y la carga masiva de turistas, tal como pasa en los templos de Atenas, en la Catedral de Ourense o incluso en el Seminario Mayor donde cada vez hay menos curas. Por estos motivos para Mandianes, los templos religiosos actuales no hacen más que encerrar la ausencia de dios, ya que nunca hay peor soledad que la vivida en compañía.
En el rural gallego ya hay más museos que niños
Otro de los puntos que tocó el antropólogo Manuel Mandianes Castro durante su ponencia fue la pérdida de referencias reales del espacio-tiempo, por eso el hombre común y corriente marca su calendario personal y a la vez general con acontecimientos específicos como la final de la Liga o la Copa de Campeones. Respecto a ello, Mandianes aseguró que la sociedad actual invierte su tiempo en recuperar templos y ruinas para la ciencia, sin percatarse que en el rural gallego ya hay más museos que niños estudiando en los colegios.
Asimismo, el ponente aseguró que lo fundamental en la vida, no son los éxitos ni los triunfos, sino el cariño, la amistad y las charlas que hoy en día prescindimos con facilidad.
Por otro lado, Mandianes aseguró que la religión que se profesa actualmente es a la carta como en un restaurante, pues según dijo acudimos a los templos y obtenemos muchos mensajes religiosos pero sólo ponemos en práctica los que más se acoplan a nuestra forma de concebir nuestro propio ser.
Por esta razón, el antropólogo ourensano aseguró que la humanidad en día tiene más hambre de dios que en la primera noche de los tiempos.
Un buen número de personas en el Centro Cultural de la Diputación escucharon las reflexiones de Mandianes Castro, quien para introducir al público en el tema realizó un recorrido por las distintas corrientes filosóficas de la humanidad, pasando por el marxismo, que acabó con la idea del hombre apostando por la colectividad; por el estructuralismo que enterró al sujeto; el nihilismo, que aseguraba que todos los valores que fundaban la idea de persona ya no existen, hasta llegar al postmoder nismo, donde se piensa que como no hay verdades absolutas dios ha muerto y todo vale, a pesar de que no es lo mismo dar un cachete a un niño que un ataque terrorista. Esta crisis de valores nos ha llevado a lo que él definió como el vaciamiento de los templos, en este caso, la falta de religiosos en los templos y la carga masiva de turistas, tal como pasa en los templos de Atenas, en la Catedral de Ourense o incluso en el Seminario Mayor donde cada vez hay menos curas. Por estos motivos para Mandianes, los templos religiosos actuales no hacen más que encerrar la ausencia de dios, ya que nunca hay peor soledad que la vivida en compañía.
En el rural gallego ya hay más museos que niños
Otro de los puntos que tocó el antropólogo Manuel Mandianes Castro durante su ponencia fue la pérdida de referencias reales del espacio-tiempo, por eso el hombre común y corriente marca su calendario personal y a la vez general con acontecimientos específicos como la final de la Liga o la Copa de Campeones. Respecto a ello, Mandianes aseguró que la sociedad actual invierte su tiempo en recuperar templos y ruinas para la ciencia, sin percatarse que en el rural gallego ya hay más museos que niños estudiando en los colegios.
Asimismo, el ponente aseguró que lo fundamental en la vida, no son los éxitos ni los triunfos, sino el cariño, la amistad y las charlas que hoy en día prescindimos con facilidad.
Por otro lado, Mandianes aseguró que la religión que se profesa actualmente es a la carta como en un restaurante, pues según dijo acudimos a los templos y obtenemos muchos mensajes religiosos pero sólo ponemos en práctica los que más se acoplan a nuestra forma de concebir nuestro propio ser.
Por esta razón, el antropólogo ourensano aseguró que la humanidad en día tiene más hambre de dios que en la primera noche de los tiempos.
