El proyecto de creación de suelo industrial en Taboadela y Paderne de Allariz (en el área conocida como Val da Rabeda) no acaba de cobrar forma. Las dificultades en su tramitación impiden el inicio de las obras al menos hasta 2012, según explica Argimiro Marnotes, gerente de la sociedad urbanística Xestur Ourense.
El último obstáculo que, según dice, ha surgido en este proyecto es la resolución que impide la conversión de suelo rústico protegido en industrial, según establece una sentencia del Tribunal Supremo, en un caso planteado a raíz del proyecto de creación de la Plataforma Logística Salvaterra-As Neves (Plisan). En este parque, promovido por la Xunta, la Autoridad Portuaria de Vigo y el Consorcio Zona Franca, una quinta parte del terreno tenía la calificación de suelo rústico protegido, motivo por el que el Tribunal Supremo lo anuló el pasado mes de junio.
En el caso ourensano también se registra ese problema. El gerente de Xestur Ourense explica que, de un total de 1.183.991 metros cuadrados incluidos en el proyecto del parque empresarial de Taboadela, están calificados como suelo rústico de protección 527.952. En el caso de Paderne de Allariz, el polígono previsto tendrá una superficie total de 1.129.596 metros cuadrados, de los que 143.619 tienen la citada calificación. Esto supone que prácticamente un tercio de la superficie que suman de ambos proyectos no podría transformarse en suelo industrial.
Para solventar la traba introducida por la sentencia del Supremo, el actual Gobierno autonómico ha incluido en la ley de acompañamiento a los presupuestos de 2011 modificaciones a la actual normativa del suelo. El procedimiento ha suscitado las críticas de la oposición, mientras la Xunta lo defiende para desbloquear los proyectos afectados (además de estos dos, otros seis en Galicia).
ADQUIRIDOS
La mayoría de los terrenos para los parques de Taboadela y Paderne fueron ya comprados por el bipartito, una inversión que asciende a casi 19 millones de euros y que permanece bloqueada. En concreto, la superficie adquirida en Taboadela es de 1.028.285 metros cuadrados (el 87%), lo que tuvo un coste de 10.277.681 euros, mientras en Paderne se compraron 909.308 metros cuadrados (el 80%) por 8.230.490 euros.
Marnotes añade que será necesario todo el año 2011 para solventar los problemas de la zona, pero manifiesta que 'no gastaremos ni un euro más sin que esté todo arreglado'.
No obstante, estos problemas no afectan al preacuerdo que existe con Adolfo Domínguez para su instalación en el parque de Paderne, ya que el modisto es conocedor de la situación y mantiene en pie su compromiso de asentarse allí. Una vez se solventen, Xestur le venderá los terrenos directamente sin urbanizar, y será la compañía textil la que asuma esta obra, así como la construcción de sus nuevas instalaciones.
Central del Transporte
La segunda fase de la Central de Transportes saldrá en próximas semanas a la venta, según confirmó el gerente de Xestur Ourense, con respecto a este proyecto cuyos orígenes se remontan al Gobierno de Fraga y que -al igual que ocurrió luego con el bipartito y el Val da Rabeda- había sido presentado como una de las grandes apuestas para el desarrollo de Ourense.
Sin embargo, a día de hoy, sólo una empresa se ha instalado en la primera fase (aunque las demás parcelas de uso industrial están vendidas, pero vacías), y tampoco nadie ha optado a la construcción de un complejo de servicios para el sector del transporte (que incluyese oficinas, gasolinera, talleres y hoteles, entre otros). Igualmente, el área destinada a aparcamiento permanece construida desde que se acabó la primera fase (en 2005), sin que sea utilizada por los transportistas, que alegan que no es segura por falta de vigilancia e iluminación. Marnotes explica que están negociando con la Asociación de Transportistas Apetamcor la gestión de estas áreas.
En todo caso, con respecto a la segunda fase, el gerente de Xestur explica que ya han recepcionado las obras realizadas sobre una superficie de 100.000 metros cuadrados y que próximamente iniciarán su comercialización. En todo caso, en la web de Xestur ya figura información sobre la división de esta fase, en la que se han habilitado ocho parcelas de 1.500 metros cuadrados, una de 5.300 y otra de 32.000. No obstante, Marnotes reconoce las dificultades de venta en estos momentos de crisis, en los que las empresas están más preocupadas por hacer frente a las necesidades del día a día que por asumir nuevas inversiones.
Sin embargo, el responsable de Xestur Ourense apunta que también están iniciado los estudios para la tercera fase del proyecto, en la que se integrará la línea ferroviaria, lo que permitirá dar servicios de transporte de mercancías. 'Esto será lo que haga atractiva la instalación en el resto de las fases', argumenta.
En el caso ourensano también se registra ese problema. El gerente de Xestur Ourense explica que, de un total de 1.183.991 metros cuadrados incluidos en el proyecto del parque empresarial de Taboadela, están calificados como suelo rústico de protección 527.952. En el caso de Paderne de Allariz, el polígono previsto tendrá una superficie total de 1.129.596 metros cuadrados, de los que 143.619 tienen la citada calificación. Esto supone que prácticamente un tercio de la superficie que suman de ambos proyectos no podría transformarse en suelo industrial.
Para solventar la traba introducida por la sentencia del Supremo, el actual Gobierno autonómico ha incluido en la ley de acompañamiento a los presupuestos de 2011 modificaciones a la actual normativa del suelo. El procedimiento ha suscitado las críticas de la oposición, mientras la Xunta lo defiende para desbloquear los proyectos afectados (además de estos dos, otros seis en Galicia).
ADQUIRIDOS
La mayoría de los terrenos para los parques de Taboadela y Paderne fueron ya comprados por el bipartito, una inversión que asciende a casi 19 millones de euros y que permanece bloqueada. En concreto, la superficie adquirida en Taboadela es de 1.028.285 metros cuadrados (el 87%), lo que tuvo un coste de 10.277.681 euros, mientras en Paderne se compraron 909.308 metros cuadrados (el 80%) por 8.230.490 euros.
Marnotes añade que será necesario todo el año 2011 para solventar los problemas de la zona, pero manifiesta que 'no gastaremos ni un euro más sin que esté todo arreglado'.
No obstante, estos problemas no afectan al preacuerdo que existe con Adolfo Domínguez para su instalación en el parque de Paderne, ya que el modisto es conocedor de la situación y mantiene en pie su compromiso de asentarse allí. Una vez se solventen, Xestur le venderá los terrenos directamente sin urbanizar, y será la compañía textil la que asuma esta obra, así como la construcción de sus nuevas instalaciones.
Central del Transporte
La segunda fase de la Central de Transportes saldrá en próximas semanas a la venta, según confirmó el gerente de Xestur Ourense, con respecto a este proyecto cuyos orígenes se remontan al Gobierno de Fraga y que -al igual que ocurrió luego con el bipartito y el Val da Rabeda- había sido presentado como una de las grandes apuestas para el desarrollo de Ourense.
Sin embargo, a día de hoy, sólo una empresa se ha instalado en la primera fase (aunque las demás parcelas de uso industrial están vendidas, pero vacías), y tampoco nadie ha optado a la construcción de un complejo de servicios para el sector del transporte (que incluyese oficinas, gasolinera, talleres y hoteles, entre otros). Igualmente, el área destinada a aparcamiento permanece construida desde que se acabó la primera fase (en 2005), sin que sea utilizada por los transportistas, que alegan que no es segura por falta de vigilancia e iluminación. Marnotes explica que están negociando con la Asociación de Transportistas Apetamcor la gestión de estas áreas.
En todo caso, con respecto a la segunda fase, el gerente de Xestur explica que ya han recepcionado las obras realizadas sobre una superficie de 100.000 metros cuadrados y que próximamente iniciarán su comercialización. En todo caso, en la web de Xestur ya figura información sobre la división de esta fase, en la que se han habilitado ocho parcelas de 1.500 metros cuadrados, una de 5.300 y otra de 32.000. No obstante, Marnotes reconoce las dificultades de venta en estos momentos de crisis, en los que las empresas están más preocupadas por hacer frente a las necesidades del día a día que por asumir nuevas inversiones.
Sin embargo, el responsable de Xestur Ourense apunta que también están iniciado los estudios para la tercera fase del proyecto, en la que se integrará la línea ferroviaria, lo que permitirá dar servicios de transporte de mercancías. 'Esto será lo que haga atractiva la instalación en el resto de las fases', argumenta.
