Los trabajadores y la empresa de buses abren la vía negociadora

La concesionaria acepta reunirse mañana con los sindicatos si no hay más “sabotajes”

En su segundo día, la huelga del transporte urbano se hizo notar ayer en las calles con mayor contundencia tras un inicio cargado de polémica. Con todo, la empresa concesionaria aceptó reunirse mañana por la mañana con los trabajadores con la condición sine qua non de que no se realicen más “sabotajes” a la flota de vehículos hasta entonces.

Las protestas sindicales volvieron a llevarse a la escalinata del Concello a las 10 de la mañana. La manifestación, de un centenar de personas, se dirigió desde la Praza Maior hasta la  rúa do Progreso, frente al parque de la Alameda. Allí, los asistentes cortaron el tráfico de ambos carriles durante unos minutos, inmovilizando de este modo dos autobuses con pasajeros a bordo.

Los servicios mínimos se fueron cubriendo poco a poco a lo largo del día. A la mañana 5 líneas estaban inactivas: la 9, la 13B, la 18, la 19 y la 26. No fue hasta  las 14 horas, aproximadamente, cuando ya estuvieron activas todas las líneas a excepción de la 19, sin reservas de  coches disponibles. A primera hora de la mañana trascendieron algunas averías y daños en vehículos que impidieron el cumplimiento de los servicios mínimos: dos lunas rotas, cuatro neumáticos pinchados y un automóvil inutilizado. Además la Policía Local multó a un minibús que circuló con la ITV caducada. Respecto a este último incidente, que califican de “error”, desde la empresa aseguran que retiraron el vehículo inmediatamente y recalcaron que hacen “un esfuerzo por asegurar que coches salen en buen estado”.

El presidente del comité de empresa, Daniel Fernández, presumió de un seguimiento mayoritario de la huelga, además de unos piquetes que habían realizado “una labor de control de documentación” y otros procesos para cerciorarse de que los autobuses estuviesen en correctas condiciones. 

Al respecto de las acusaciones de sabotaje, declaró: “No sabemos quiénes  son los que realizan estos actos vandálicos”. Y aseveró que, desde el comité, “lógicamente, no estamos de acuerdo con esos actos”. Precisamente, el fin de estos “boicots” es la condición imprescindible para que las dos partes se reúnan finalmente. 

Según el Concello, el encuentro se celebrará mañana a primera hora, sin la presencia de representantes políticos, para buscar acordar una solución al conflicto laboral.

El gerente de Urbanos de Ourense, José María Díaz, observó que ahora hay “voluntad de entendimiento” entre ambas partes y que el comité debe trabajar para evitar más daños por parte de saboteadores anónimos. Díaz espera que, hasta el momento de la reunión, “haya algo más de calma y se deje de atacar la flota”.

Por otra parte, el regidor local, Gonzalo Pérez Jácome, escribió, a través de su perfil de Facebook, que, de cumplirse las reclamaciones de los trabajadores de la concesionaria, la subida salarial la “acabarían pagando todos los ciudadanos”.

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