El trabajo social, en Primaria: “Atendemos a muchos mayores solos y a cuidadoras”

María José Vázquez, en el centro de salud de O Couto.
photo_camera María José Vázquez, en el centro de salud de O Couto.

Los trabajadores sociales de Atención Primaria suponen una pieza clave en la prevención de la salud y en el cuidado de la población, así como en el acompañamiento y sostén de las personas más vulnerables. “A saúde é multifactorial, hai unha serie de factores que non están en mans da Mediciña ou da Enfermería, senon no ámbito social”, apunta María José Vázquez, trabajadora social en los centros de salud de O Couto y A Carballeira.

En la provincia, son 10 los profesionales que se reparten entre los consultorios de la ciudad (cinco) y entre las principales villas (cada trabajador lleva, en la mayoría de los casos, dos cabezas de comarca). “Hai áreas enormes do territorio ourensán que están sen cobertura e áreas nas que a dispoñibilidade é parcial”, señala Vázquez. “A situación é complicada, pero aí estamos, e somos profesionais moi valorados polos compañeiros e pola cidadanía. É unha mágoa non poder traballar máis dende o ámbito grupal e comunitario, aínda que se van facendo propostas cando se pode”, destaca. 

Los perfiles más comunes

Los pacientes llegan al servicio de Trabajo Social después de pedir la cita ellos mismos, sus familias o unidades de conviviencia o el propio personal sanitario del centro. Las demandas son “moi variadas”, pero los perfiles se repiten: mayores sin red de apoyo, cuidadoras de dependientes, personas en riesgo de exclusión social, población con dificultades para acceder a la cobertura sanitaria, menores con situaciones de incapacidad o adicciones, entre otros. 

 Los profesionales escuchan las demandas de la persona y, en base a las necesidades, actúan: “Ás veces requiren acompañamento e sostén, ás veces mobilización de recursos sociais, orientación sobre determinadas cuestións…”. 

Vázquez reconoce las consecuencias de la pandemia en la situación de las personas vulnerables y en el aumento de la soledad. “As redes sociais e de apoio debilitáronse moito e seguimos tendo dificultades para acceder a determinadas administracións que aínda están pechadas, a xente non pode acceder ás prestacións ás que ten dereito”, comenta. La trabajadora pone énfasis en la dificultad de “facer prevención” cuando es la “propia administración” la que vulnera el acceso a los recursos.

La variable de género se traduce en más riesgo de sufrir exclusión social

La variable de género implica un mayor riesgo de sufrir exclusión social. “Inflúe tanto na evolución de determinadas situacións como na solución ou abordaxe das mesmas”, explica María José Vázquez. La desigualdad complica las posibilidades de desarrollarse profesionalmente o de acceder a una vivienda, y deposita sobre las mujeres las responsabilidades de cuidados, con la consecuente repercusión en su salud. 

En el caso de las cuidadoras, el factor de género es clave: “Son mulleres que están coidando dos fillos, dos pais, dos maridos, dos sogros… Traballan soas, ás veces sen apoio nin da familia nin da administración, están sobrecargadas e cando chegan aquí piden axuda porque xa non poden máis”. 

Vázquez también resalta la difícil situación de las personas migrantes. “Ao chegar necesitan ubicarse, acceder a vivenda, a un traballo… Están tendo dificultades enormes para acceder aos permisos de residencia e á cobertura sanitaria”, destaca.

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