en la provincia

El tráfico de ropa falsificada busca rutas en la provincia

Dos guardias civiles, en una de las últimas intervenciones de ropa falsa.
photo_camera Dos guardias civiles, en una de las últimas intervenciones de ropa falsa.

La presión policial empuja a los distribuidores a realizar envíos por mensajería a través de la A-52

Las incautaciones de prendas de vestir con etiquetas falsificadas de conocidas firmas se incrementaron en el último medio año en las carreteras de la provincia. La Guardia Civil lleva decomisado pantalones, polos, camisetas, ropa  interior, zapatillas, chándales y camisetas, que una vez el mercado superarían los 200.000 euros.

Las sucesivas incautaciones tienen sorprendidos a los agentes, que trabajan con la hipótesis de que los falsificadores, en su mayoría asentados en el norte de Portugal, buscan nuevas rutas por la provincia de Ourense para enviar la mercancía a Madrid, Cataluña, Valencia y Euskadi ante la presión policial en el resto de pasos fronterizos, sobre todo en el de Tres Marras, que enlaza la provincia de Zamora con Portugal. 

La Guardia Civil tiene previsto continuar con los controles con el objetivo de identificar  a los falsificadores de ropa y a sus clientes. Pero esto último no les está resultando fácil, dado que utilizan las empresas de transporte y mensajería para distribuir la mercancía. Lo hacen en cajas de cartón, iguales a las que utilizan empresas y particulares para enviar cualquier otro producto, con la salvedad de que se eluden nombres y domicilios concretos.  Y si figura un remitente y un destinatario que pueda ser identificado, en el 99% de los casos suele resultar falso.

Los papeles de envío los cubren mayoritariamente con el nombre de sociedades y empresas, que también suelen resultar falsas, escribiendo el apéndice de que la caja será recogida en la consigna de la empresa de transporte, en la que puede pasar varios días. "Los transportistas desconocen lo que hay en el interior de cada caja. Solamente hacen su trabajo y no se les puede atribuir ningún delito", apuntan fuentes del Instituto Armado.

La Guardia Civil, una vez intervenida la ropa, envía las cajas vacías, precintadas con el sello y un informe del Instituto Armado, en el que se advertir a los destinatarios de la incautación y de que pueden reclamarla si aportan la factura de compra y procedencia.

Hasta la jornada del pasado jueves, las prendas intervenidas en el último medio año no habían sido reclamadas por nadie. 


Desde talleres asiáticos hasta Portugal


Parte de las prendas incautadas en el último año en la provincia llevan etiquetas que acreditan que fueron confeccionadas en talleres de costura  de países asiáticos, donde tienen la producción buena parte de las grandes firmas.  La Guardia Civil realiza las pesquisas en colaboración con los agentes de la Guardia Nacional Republicana portuguesa (GNR). Estos últimos sospechan que los falsificadores tienen contactos en talleres asiáticos que les facilitan las etiquetas. Los agentes lusos trabajan para combatir el tráfico de ropa, pero aseguran que no lo tienen fácil porque muchos de los talleres están en casas particulares, lo que dificulta su localización y posterior incautación de la mercancía.

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