El tramo abierto consta de cuatro viaductos y su coste asciende a 67 millones de euros

LR- Para usar el tramo Dozón-Cea, los conductores disponen de tres enlaces: Dozón, Piñor y Cea. No obstante, el de Piñor aún está en obras. Mientras, el de Dozón sólo permite entrar o salir hacia Santiago, pero no en dirección a Ourense. Los vecinos de esta localidad se concentaron ayer para pedir un enlace completo.

Cuatro viaductos (los de Asneiros, Arenteiro, Mirela y Marañao), tres enlaces (Dozón, Piñor y Cea), 12 pasos superiores y 11 inferiores, 30 kilómetros de caminos de servicio y un coste de 67 millones de euros. Son los datos técnicos que caracterizan el tramo de 18 kilómetros entre Dozón y Cea abierto ayer.

No obstante, aún quedan cuestiones pendientes. Entre ellas, la construcción del enlace de Piñor, que se retrasó porque inicialmente sólo estaba previsto que tuviese entrada y salida en dirección a Santiago. Tras las protestas vecinales, el Gobierno autonómico anunció el pasado abril que construiría accesos también en sentido Ourense. La conexión aún se está ejecutando, si bien ya se construyó toda la infraestructura necesaria en el punto de enlace con la autovía, para que no requiera cortes de tráfico. No obstante, sí se están realizando obras en la N-525, que motivan desvíos de la circulación.

Mientras, el enlace de Dozón también ha generado protestas vecinales, por el mismo motivo. La conexión ya está construida, pero sólo permite la entrada y salida hacia Santiago. Desde esta localidad pontevedresa no se puede acceder a la vía en dirección a Ourense, ni tampoco pueden salir los vehículos que procedan de localidades ourensanas. La alternativa para los usuarios es acceder o salir en el enlace de Lalín Este (que supone recorrer seis kilómetros más) o, cuando esté construido, en el de Piñor. Por ello, una treintena de vecinos de Dozón se concentraron durante la visita que realizó el presidente de la Xunta a la zona, portando pancartas en las que reclamaban ’Entrada e saída a Ourense xa’.

Un ahorro de media hora, con un tramo de peaje

Hace escasamente cinco años, recorrer la N-525 entre Ourense y Santiago suponía armarse de paciencia para un viaje que duraba una hora y 45 minutos. Eran habituales las retenciones y enormes colas detrás de numerosos camiones. Tanto que muchos conductores, en cuanto llegaban a los carriles de adelantamiento, salían a toda velocidad para intentar sobrepasarlos.

Con la apertura del tramo Dozón-Cea, ya se pueden recorrer 74 kilómetros a través de vías de alta capacidad -una parte por autopista y otra por autovía- con una duración aproximada de 40 minutos. No obstante, el desplazamiento íntegro desde Ourense supone unos 30 minutos más, ya que todavía hay que circular por la N-525 hasta Cea y allí tomar la OU-504 durante 3,6 kilómetros, para incorporarse a la autovía. En total, el viaje Ourense-Santiago dura unos 70 minutos, lo que supone un ahorro de más de media hora respecto a la carretera. En todo caso, cierto es que la apertura de nuevas vías ha ali viado el tráfico en la nacional.

Sin embargo, realizar el trayecto utilizando la autopista conlleva el pago de un peaje de 4,80 euros, correspondientes al tramo entre Lalín y Santiago. De ahí que en la villa dezana hayan constituido una comisión para reivindicar la rebaja de esta tarifa. No obstante, está vigente una concesión con peaje hasta el año 2074, lo que obstaculiza la eliminación del pago. Política Territorial medió ante la concesionaria para intentar alcanzar un acuerdo, pero ayer reconocían que es ’prácticamente imposible’ y más con la apertura del tramo libre de peaje, pues aumentará la circulación por la vía de pago. Hasta ahora, la vía Santiago-Dozón era la segunda menos utilizada entre las autopistas estatales.

En todo caso, la comisión constituida para reclamar una reducción del importe continúa desarrollando acciones para lograr su objetivo. Entre las próximas medidas se incluye una concentración el próximo viernes, en Lalín.

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