El exyerno del fallecido ejercerá la acusación contra la que fuera su esposa y su actual pareja

Un tribunal popular juzgará el asesinato del chófer de Verín

Ilidio Magalhaes, bajón del furgón de la Guardia Civil para declarar ante el juez.
La instrucción judicial del asesinato del conductor de Autocares Guerra de Verín, Bernardino Pousa Rodríguez, de 59 años, en septiembre del año 2011, ya entró en su recta final para que los cuatro encarcelados por este hecho (su exmujer, María Dolores Álvarez; su hija, Ángeles Pousa; el compañero sentimental de ésta, Alberto Fernández, y el presunto sicario, Ilidio Magalhaes) sean juzgados, si bien este trámite puede aún tardar algún tiempo.
El titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Verín convocó a todas las partes implicadas a una comparecencia prevista para las diez de la mañana del día 30. En la sede judicial se darán cita tantos los imputados como sus abogados, los letrados que ejercen las acusaciones particulares y el representante del ministerio fiscal. En esa 'vistilla' (prevista en el artículo 25 de la Ley del Jurado) se concretarán las imputaciones delictivas atribuidas al encausado -un relato de los hechos acontecidos, según la documentación del sumario- al tiempo que las partes pueden reclamar la práctica de alguna diligencia a mayores que consideren oportuna de cara al posterior juicio.
Hasta el momento, la acusación, además de Ministerio Público, la ejercía el hermano del fallecido, Germán Pousa quien considera que los cuatro detenidos planearon un asesinato. Ahora bien, en el último mes se sumó también como acusación particular Javier G.F., de 30 años, el que fuera marido de María de los Ángeles Pousa, con la que tuvo dos hijos, que en la actualidad permanecen bajo su tutela.
Este hombre, que mantenía una buena relación con el fallecido, ya no convivía con su mujer cuando se produjeron los hechos.
Bernardino Pousa falleció degollado tras recibir golpes con una barra de hierro cuando se disponía a bajar de su autocar en el garaje de la empresa, situado en la avenida de Portugal de Verín, después de un viaje a Vigo. Según recoge el sumario, su mujer presuntamente pagó 7.000 euros a Ilidio Magalhaes para que acabara con su vida, mientras Ángeles Pousa y su novio Alberto Fernández se encargaron de realizar labores de vigilancia y contactar con el presunto sicario.
A mediados del pasado mes, Alberto Fernández, se desdijo de su declaración incriminatoria inicial en el juzgando exculpando a Dolores Álvarez y a su novia.

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