La última ola eólica de Ourense deja más de 350 megavatios aprobados

La provincia de Ourense no se libra de la explosión de proyectos de renovables en el país. Después de la última ola de energía eólica, los montes ourensanos acogerán al menos 70 aerogeneradores más. Los futuros aprovechamientos eólicos de momento no pasan del papel, pero ya han recibido la luz verde definitiva de la Xunta. La Dirección Xeral de Planificación Enerxética e Recursos Naturais, dependiente de la Vicepresidencia primeira e Consellería de Economía, Industria e Innovación, otorgó las autorizaciones administrativas necesarias a 12 proyectos en la primera mitad del año. En total, sumarán una capacidad de generación de 357,3 megavatios (MW). Para comprender qué significa esta cifra, en toda la provincia hay instalados más de 450 aerogeneradores que suman una potencia de casi 450 MW. La mayoría pertenecen a la primera ola de proyectos, que tuvo lugar a principios de los años 2000. Se trata de molinos de menor tamaño, con una menor capacidad de generación. Muchos de los aerogeneradores actuales superan los 200 metros de altura. Por poner una comparación fácil, es el equivalente a tres veces el edificio de La Torre en la ciudad. Con los parques autorizados, la potencia instalada crecerá un 80% a pesar del menor número de aerogeneradores. De materializarse todos los planos que están sobre la mesa, el viento ourensano generará más de 800 MW. Se producirían dos millones de megavatios hora (MWh) al año, siempre que el viento sople, por ejemplo, 2.500 horas. Atendiendo a los precios de la electricidad el año pasado, el aire ourensano tiene potencial para facturar más de 300 millones de euros. Todo esto, sin contar con el parque de Paraño Oeste, promovido por Eólica Galenova. Es uno de los proyectos más ambiciosos de los tramitados por vía autonómica, con 14 aerogeneradores y casi 50 MW de potencia en los montes de Beariz. La Xunta avaló su impacto ambiental, pero sigue a la espera de obtener sus autorizaciones. Por otro lado, continúan en un cajón los proyectos eólicos tramitados por vía estatal. Son aquellos cuya potencia excede los 50 MW. Algunos decayeron por su impacto ambiental, como el parque Prada, en las proximidades de Pena Trevinca. El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfica (Miteco) lo denegó. La serra do Larouco, libre de los molinos eólicos que amenazaban la práctica del parapente No obstante, otros como Rebordechao (Macizo Central) o Barjas (Valdeorras), ambos promovidos por el gobierno noruego a través de una empresa pública, continúan su periplo administrativo. Son proyectos de mayor entidad, con más aerogeneradores y molinos de grandes dimensiones, y que están cosechando oposición social en las zonas donde se planifican. Dificultades Las autorizaciones administrativas previa y de construcción son, en principio, la llave que abre de una vez la puerta para desarrollar un proyecto eólico. No obstante, pueden ser recurridos. Es el caso del triple parque de Xeada, Orballeira y Neboada, en los montes de A Rúa, a escasa distancia de la serra do Courel. Adega recurrirá sus respectivas autorizaciones. Los ecologistas consideran que se trata de un macroparque fraccionado artificiosamente para poder encauzar la tramitación a través de la Xunta, ya que juntos superan los 50 MW, umbral a partir del cual el proyecto pasa a depender del Miteco. Este recurso es relevante: los tres parques compartirán infraestructura. Y existen precedentes muy recientes en los que la Justicia frustró el desarrollo de proyectos por este motivo. Adega recurrirá el triple parque eólico de Valdeorras Esta supuesta fragmentación ficticia también ha anotado críticas a los proyectos Treboada y Ventumelo, en Trives, que también comparten algunas instalaciones y se sitúan muy próximos. Otros parques que han recibido la autorización lo tienen muy difícil para salir adelante. Es el caso de Rodicio II, que quedó recortado a dos aerogeneradores durante la tramitación ambiental. Además, dependía de la subestación de otro parque que fue denegado por su impacto ambiental. Su viabilidad está comprometida.