Ocho pasajeros, el maquinista y el interventor salieron de Ourense para el viaje de despedida del servicio regional

Último tren con destino Sanabria: 'Y ahora, ¿qué va a hacer la gente?'

El tren de la ya extinta línea Ourense-Puebla de Sanabria, a su paso por la estación de Castrelo do Val.  (Foto: FOTOS: JOSÉ PAZ)
Acomodado en el vagón del último tren a uno le queda la sensación de que algo importante se pierde para siempre. Acomodado en el último servicio a Sanabria, 'un tren que circulou sempre, vapor incluído, desde 1957', uno no puede evitar pensar por un momento en el trayecto, no en éste, que se acaba, insignificante si lo comparas con aquél que años atrás, y durante casi cuarenta, empleo mano de obra inútil, también presos, que se dejaron la piel en una línea que en un país 'civilizado' tendría sentido hasta como tren turístico.
Pero esto no es un relato de ficción, es algo real, es la crónica del último viaje, el último tren a Sanabria que, en afirmación del maquinista Lino Piñeiro, por aforrar '250 litros de gasoil, ida y vuelta, máis o soldo dun conductor e un interventor deixará sen servizo' a la gente mayor de Laza, Vilar de Barrio, Castrelo do Val, A Gudiña, que lo necesitan, y que verán como a la par de su existir proliferarán las obras de un AVE a destajo, sin miramientos, que los dejará inertes y aplicará más desconcierto. Lino insiste, 'o que é lamentable e que unha liña que tan só ten un tren, lle quiten ese tren'. Pero no será Lino, también sindicalista y charlatán imparable, quien nos lleve hoy; quien tiene el desgraciado privilegio de dejar este tren, el de las 15,40, definitivamente parado se llama Eloy, antagónico de Lino en cuanto a palabras, pero muy amable. Se siente apenado, aunque no lo expresa; hijo y nieto de ferroviarios ha hecho el trayecto durante 32 años y no siempre en un tren autopropulsión 596, de un solo coche, porque no hacen falta más, sino en todos las que, 'por cuestiones organizativas', se plantearán para el servicio.

Tampoco hay muchos pasajeros el último día: ocho, tres subidos en la estación Empalme y cinco en San Francisco. Entre ellos, dos nostálgicos de la vía: José Luis, vecino de Sanabria, que nunca había estado en Ourense, pero hoy ha querido conocer el trayecto que dejará fuera de vía a sus convecinos, y Jacobo, un madrileño que, enterado de la mala nueva, no dudó en coger un bus para hacer el trayecto a la inversa, 'me gusta viajar y no siempre la gente tiene prisa, está bien que hagan el AVE pero no cubren la necesidad de la gente'. Hoy ambos sin conocerse se disponen a lo mismo.

Hay quienes apuntan, entre ellos Gloria, que con su marido viaja hasta Laza, que 'esto nos pasa por non movilizarnos, a nós déixannos totalmente incomunicados'. Lino, que no pierde bola, se suma: 'Se os veciños dos pobos dixeran que non lle votarían ao PP, nin aos seus alcaldes se lles suprimen o tren xa verías como a cousa cambiaba'.


RESIGNADOS E INCRÉDULOS

Viajan también en el vagón una vecina de Vilar de Barrio y otro de Castrelo do Val, resignados como todos. Y entre los más perjudicados, dos jóvenes chilenos, ambos trabajando en Ourense. El tren los dejará en A Gudiña, 22 euros de taxi los acercarán a Vilariño de Conso, donde cada dos semanas tienen destino. '¿Este es el último viaje? ¿Y ahora qué va hacer la gente? La gente necesita ese tren', responde incrédulo. 'Es increíble', suspira. Mauricio, ahora en compañía de Gerson, otro compatriota, estudió automoción en Ourense. Partiendo desde Vilariño, hoy lo tendría más complicado: 'Antes había un autobús todos los días, ahora uno los lunes y otro los viernes, una persona que vaya al médico ?donde no son precisamente jóvenes- a Ourense se gastará 100 euros'.

Hoy el tren, lo confirma el interventor, regresará a la noche desde Sanabria, eso sí, sin gente.

Te puede interesar