La oposición de Cea pide la paralización de las obras pero el alcalde asegura que cuenta con los informes favorables

Valladares anuncia en un crispado pleno que autorizará el compostaje

La Corporación de San Cristovo de Cea se reunió ayer en sesión extraordinaria solicitada por los grupos de la oposición (BNG y PSdeG) para debatir sobre el proyecto de creación de una planta de maduración y envasado de compostaje, cuyos terrenos (54.000 metros cuadrados) se están acondicionando en los montes de Fontaíñas. Vecinos de Cea, respaldando al grupo de gobierno, y opositores al proyecto, procedentes de los pueblos más afectados, tuvieron que asistir al pleno desde la entrada y acechando por las ventanas, por causa de un reducido salón de actos.
El debate fue tenso, produciéndose reiterados enfrentamientos verbales entre el alcalde, José Luis Valladares, y el portavoz socialista, Guillermo Fernández Dopazo. El portavoz de la oposición inició su intervención, manifestando que 'o proxecto nace baixo sospeita, houbo ocultación de datos', matizando que cuándo empezaron a trabajar las máquinas a él le dijeron en el Concello que era 'un desmonte de tierra', y que tras la solicitud presentada el 27 de mayo por la empresa Compost Galicia SA para realizar la explanación, la comisión de gobierno la aprobó casi de forma inmediata, el 31 del mismo mes. Refiriéndose al contrato de la empresa con los comuneros de Fontaíñas, el socialista leyó textualmente que la actividad es de 'almacenamiento y procesado de residuos orgánicos, residuos biodegradables de depuradoras y otros', y que 'podrá destinar el terreno afectado a otras actividades sin necesidad de obtener autorización de la comunidad'.

La portavoz del BNG, Josefa Gómez, rechazó con contundencia el proyecto que aproxima 'os cheiros ás casas', y que 'deixa a porta aberta a outra planta máis peligrosa'.

Cuando llegó su turno, el portavoz del grupo de gobierno, Celso Garriga, defendió la transparencia del proceso y la solicitud de informes al técnico municipal y a las consellerías de Medio Ambiente y Sanidade, sin que legalmente fuese necesario hacerlo pero sí para asegurar que la actividad de la empresa no será dañina para los vecinos. Al respecto, insistió en que todos los informes fueron favorables.

Mientras Dopazo volvía a pedir la paralización de los trabajos, Valladares lo acusó de engañar a los vecinos, anunciando que autorizará la planta, y que 'se fai outra actividade para a que non teña licencia, ábreselle expediente e clausurase'.

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