Demandan radares fijos y una velocidad máxima de 30 kilómetros hora
La Asociación de Vecinos Centro, que preside Ignacio Martín Amaro, demanda al Concello de Ourense radares fijos y el descenso de la velocidad máxima en el casco urbano a 30 kilómetros por hora, después de los últimos atropellos producidos en la avenida de La Habana, en Nosa Señora da Saínza o en la carretera de A Granxa. Asegura la entidad que ya planteó esta petición en la última junta local de seguridad, sin que la Administración local ni la Jefatura de la Policía Local comprometiesen apoyo a esta iniciativa. Recientemente, y pese a que un sindicato policial también demandó los radares, se consideró que no eran necesarios porque los accidentes son escasos y los excesos de velocidad limitados.
En todo caso, señala Martín Amaro que, al fin y al cabo, la responsabilidad cae sobre el gobierno local, porque la decisión de reducir la velocidad y la de instalar los radares no es sino política.
La asociación vecinal entiende que son prioritarias esas medidas pero no con ánimo recaudatorio ni sancionador, sino para prevenir accidentes y los temidos atropellos, últimamente, dice, demasiado habituales, tanto en el centro de la ciudad como en viales de salida o entrada a la misma.
Además, dice que la reducción a 30 kilómetros por hora, como ya se produce en otras ciudades como Pontevedra, haría caer drásticamente los atropellos. En esa capital gallega apenas se han producido desde esa limitación.