“Vengo al cementerio feliz"

Ourense. 01-11-16. Local. Día de tódolos santos no camposanto de San Francisco en Ourense.
Os enterradores Diego Álvarez e Jose Manuel Quintas
Foto: Xesús Fariñas
photo_camera Diego Álvarez y José Manuel González.

José Manuel González, "O Quintas", y Diego Álvarez trabajan de sepulteros en los cementerios municipales de Ourense

Ser enterrador es un oficio que no entiende de edad. José Manuel González, conocido como "O Quintas", tiene 67 años y no quiere oír hablar de la jubilación. "Vengo al cementerio feliz. Es un trabajo que me gusta y no lo cambiaría por ningún otro cargo en el ayuntamiento", indicó. Su compañero de oficio Diego Álvarez tiene 32 años y lleva poco más de una década trabajando de sepultero. Cuando le preguntan por qué es enterrador responde que "decidiron por min. Eu aprobei as oposicións convocadas polo Concello de Ourense e destináronme aquí. Despois, avancei na carreira profesional no cemiterio", explicó Álvarez. Cuenta que su primer entierro fue "algo totalmente natural", aunque reconoce que los funerales  de menores siempre le conmueven. "Calquer tipo de morte inesperada, sobre todo se é dunha persoa nova, sempré é unha desgracia porque a familia non está preparada", puntualizó Álvarez.

 Con voz temblorosa aún, "O Quintas" recuerda el fatídico día en el que tocaba incinerar en el horno de Santa Mariña a una niña pequeña que conocía y con raíces en O Carballiño. "No fui capaz. Conocía a sus padres y a la niña le daba caramelos siempre. Al final tuvo que incinerarla un compañero pero pasé varios días mal, soñando incluso", lamentó. A pesar de ello, "O Quintas" está a gusto con su trabajo. "Estoy aquí porque lo siento en el corazón. Levanto un cadáver con el mismo cariño como si fuera el de mi propia familia", puntualizó. 

El maestro de ambos fue Pepe, conocido como "O Pote", jubilado ya desde 2012. "Sin ir al libro, sabía el nombre y apellidos de todas las sepulturas. Es muy listo al igual que su hijo, Pablo Pérez, que siempre venía de pequeño al cementerio con su padre y que ahora también trabaja aquí", destacó González. Coinciden en que para ser sepultero se necesita fuerza física, "sobre todo no cementerio de San Francisco porque ten unhas características particulares que implican que non todas as sepulturas son iguais ao ter unhas medidas e pesos diferentes. No de Santa Mariña é todo máis facil porque xa está pensado para abrirse fácilmente", indicó González. También, mente fría "e non ter ideas raras do tipo vaime saltar un morto á cabeza porque esto non é así", puntualizó.

"O Quintas" afirma que algunos de sus compañeros abandonaron el oficio por la dureza que en ocasiones supone. "Para mi esto non es duro. Vengo de una aldea, de Lobios, y estoy acostumbrado. El compañerismo que existe entre nosotros es muy bonito", concluyó. 

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