Encierro

“La verdad es que me encuentro aburridísimo”

Francisco Domínguez observa la calle desde una ventana de su casa.
photo_camera Francisco Domínguez observa la calle desde una ventana de su casa.

Estar en casa es una obligación y los vecinos de Ourense empiezan a encontrar -como ya pasó en Italia- una válvula de escape al enclaustramiento en sus balcones y terrazas.

Francisco Domínguez, de 56 años, estaba acostumbrado a dar su paseo matutino por el barrio de O Couto y compartir un café o una caña con los amigos en alguno de los bares del entorno de la calle Remedios. Una rutina que se ha visto drásticamente cambiada de la noche a la mañana, como la de tantos ourensanos desde el pasado fin de semana.

"Saco a pasear al perro y a hacer la compra en el estanco; una media horita para hacer los recados y después a recluirse en casa", explica desde la ventana de su casa. Reconoce sentirse "aburridísimo; acostumbrado a dar mi paseo al aire libre y tal, estar ahora todo el día en casa...".

Este vecino del barrio de O Couto todavía no sabe muy bien cómo organizar su día a día en esta nueva situación. "Al estar todo el día en casa, pues lo que toca es descansar, algo de televisión y salir un poco a la ventana para aprovechar el sol, que si no, con tantos días dentro, vamos a quedar blancos", señala sonriendo.

Cuando se le pregunta por su opinión sobre las multas anunciadas por el Gobierno a quienes  salgan a la calle sin causa justificada, lo tiene claro: "Me parece bien, porque si no hay esas multas, la gente no haría caso, buscaría cualquier excusa para salir a la calle. Ya hay gente que saca cinco veces al perro... ", reconoce. Es Francisco Domínguez, un vecino de O Couto que está, como tantos otros, en proceso de adaptación a la nueva situación, en la que terrazas y balcones dan un respiro.

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