Verín y Ourense, una peatonalización paralela

El pasado 15 de marzo, el alcalde de Verín, Juan Manuel Jiménez Morán, daba la orden de instalar las señales que prohibían el paso o estacionamiento de vehículos en las calles Maior, Lisa, Cruz y Amaro Refojo, convirtiéndolas en peatonales. Esta decisión provocó una virulenta reacción en contra de algunos vecinos y comerciantes de la zona.
La historia parece calcada de lo que ocurrió en 1989 en Ourense, cuando el alcalde socialista Manuel Veiga Pombo, y especialmente su concejal de Tráfico, Agustín Vega, decidieron peatonalizar la calle Paseo, decisión del gobierno municipal que encontró reacciones en contra de los vecinos y comerciantes de la zona y de las calles adyacentes, así como de los grupos de la oposición (Partido Popular y Centristas de Galicia). Pero en la ciudad, una vez pasado el tiempo, todos reconocieron que la peatonalización resultó beneficiosa, y ahora, en Verín, Jiménez Morán espera que se repita la historia.

El regidor verinense recuerda que la decisión de peatonalizar esas cuatro calles va destinada por un lado a revitalizar el comercio en la zona y por otro a ganar en seguridad, ya que 'muchos conductores circulan por esas calles a demasiada velocidad para saltar los semáforos de la avenida Luis Espada, poniendo en peligro la vida de los viandantes', explica.

La Asociación de Empresarios de Verín convocó una reunión el mismo día de la colocación de las señales, en la que se tomó la decisión de pedir al Concello más información sobre la peatonalización y los planes del grupo de gobierno para revitalizar el casco antiguo.
Jiménez Morán señaló que su intención era reunirse con los comerciantes y vecinos de la zona peatonalizada para decidir los días y horarios de carga y descarga, así como las condiciones en que los residentes podrían acceder a estas calles con sus vehículos.

El regidor apunta igualmente que, entre los planes complementarios para revitalizar el casco viejo, se encuentra la construcción de un parking subterráneo con 240 plazas en la cercana zona de la Alameda.

Precisamente este tema del parking fue uno de los elementos que los vecinos de la calle Paseo en la ciudad echaron en falta cuando se acometió la peatonalización de dicha calle en Ourense. También se echó en falta que el alcalde en aquel momento, el socialista Manuel Veiga Pombo, no se reuniera con los comerciantes para pactar o consensuar aspectos como la carga y descarga o el acceso a garajes, aunque finalmente todo quedó satisfactoriamente resuelto.

En Verín, los comerciantes contrarios a la peatonalización trasladaron su queja ante el Consistorio creando serias situaciones de tensión y mantienen un calendario de protestas para que Jiménez Morán rectifique su decisión de peatonalizar las cuatro calles que están señalizadas desde el pasado 15 de marzo. El punto álgido de estas manifestaciones se alcanzaba el pasado 29 de marzo, cuando la Policía Local y la Guardia Civil se vieron obligadas a escoltar al alcalde para que pudiera salir del Consistorio sin temor a ser agredido.

Centro de vida social
La peatonalización llevada a cabo en la calle Paseo de la ciudad, hace 23 años convirtió a esta arteria de Ourense en un centro de la vida social, con claro beneficio para el comercio que es, precisamente, lo que busca Jiménez Morán en Verín.

La iniciativa del Concello de Ourense de peatonalizar la calle del Paseo también tuvo sus críticas entre los comerciantes de la zona y los grupos políticos de la oposición -en aquel año 1989 gobernaba el PSOE, con Veiga Pombo como alcalde, y desde la oposición, Luis Chao, portavoz del PP, junto con José Luis Mosquera, del CDS, lideraron las protestas contra la iniciativa.-.

El 4 de octubre de 1989, a las cuatro y media de la madrugada, trabajadores del Concello colocaban una capa de cemento sobre la calle destinada a la peatonalización; era el desencadenante de la movilización de un grupo de comerciantes de las calles Calvo Sotelo y Progreso, que se manifestaron en la Praza Maior e intentaron entrar en la Casa Consistorial. Entre los manifestantes se encontraba el concejal 'popular' Carlos Trapote que, con una pala, intentó levantar el cemento de la calle Paseo. La movilización contra la decisión del alcalde Veiga Pombo llegó hasta el Parque de San Lázaro, cuya asociación de vecinos calificó las obras como una muestra de la 'prepotencia a la que nos tiene acostumbrados el Ayuntamiento', según reflejaba en su página 11 este diario, el día 5 de octubre de ese mismo año.

Curiosamente, en una encuesta realizada ese mismo día entre vecinos de la zona sobre si peatonalización sí o peatonalización no, salió victoriosa la primera opción, aunque se apuntaba que ésta debía pasar por el entendimiento con los comerciantes. La peatonalización de la calle Paseo sería finalmente una realidad y hoy día, vecinos y comerciantes no entenderían la ciudad sin esa calle peatonal, que se ha convertido en la más concurrida de la ciudad y la más demandada por el comercio y por los pisos de alto poder adquisitivo.

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