La Operación Turismo Seguro consiguió reducir los delitos de hurto, la infracción penal con más incidencia en la ciudad
Los robos en viviendas en la ciudad, el delito que más quebraderos de cabeza ocasiona a las fuerzas de seguridad con la llegada de la canícula y más inquieta a los vecinos que se ausentan, dieron un respiro a la ciudad en julio. Atrás quedó un primer semestre complicado que deslució el balance de criminalidad: en los seis primeros meses se contabilizaron 54 asaltos en viviendas habitadas, una cifra pareja a la del pasado año, aunque con mayor número de sustracciones esclarecidas.
Pero julio de 2016 lucirá en las estadísticas al situarse como el mes de verano con menos incidencias en casas habitadas desde que la comisaría computa. Un único caso denunciado (una casa en Baixada do Estanco) frente a los 15 del mismo mes del pasado año. Sin olvidar que hubo veranos, como el de 2013, con un promedio de una sustracción diaria.
En la sede de As Lagoas se valora el dato, fiándolo a la mayor presencia policial que comporta el Plan Turismo Seguro. De hecho, según destacan sus responsables, el mismo dispositivo también frenó los hurtos, entre un 10,71 y un 11,76 por ciento dependiendo de su gravedad. En total, 26 delitos y 63 leves (faltas) frente a los 32 y 73, respectivamente, en julio de 2016 y 2015.
Otra de las infracciones penales con fuerza en los meses de verano, debido al mayor tránsito de personas foráneas, los delitos contra la libertad sexual, no tuvieron reflejo estadístico. Por contra, hubo más robos con fuerza en establecimientos comerciales, 16 el pasado mes (8 en 2015). No obstante, la policía saca pecho cuando alude al esclarecimiento con la detención de tres personas. Según apunta el inspector Demetrio Martínez, "la eficacia policial se situó en el 50%".
Asimismo, hubo más sustracciones en el interior de vehículos: 16 denuncias frente a las 9 de julio del pasado año. Y 3 robos de coche más: 9 casos el pasado mes (6 en julio de 2016).
El plan Turismo Seguro, según explica la portavoz de la Policía Nacional, Teresa Ramos, obedece a la necesidad de prevenir hechos delictivos "en unas fechas en las que se ve incrementada la actividad comercial, con mayor afluencia de personas y aumento de mercancías tanto en las tiendas como en almacenes". Sin olvidar, que muchas de las viviendas quedan vacías de moradores con la llegada del verano.
Por esta razón, todos los agentes destinados en áreas de seguridad ciudadana incrementan los servicios de prevención en lugares de mayor riesgo para comerciantes y viandantes, potenciándose su presencia en zonas de afluencia de personas como estaciones de transporte público.
Patrullas en las calles y los montes
El dispositivo para prevenir la delincuencia en verano está articulados en dos fases: una preventiva y otra operativa. En la primera, la delegación de Participación Ciudadana de la Comisaría contactó y empatizó con representantes de las distintas asociaciones de comerciantes para facilitarles teléfonos de contacto y ofrecerles normas de prevención y seguridad. Según Ramos, acudieron a todas las agencias de viaje, administradores de fincas, supermercados, "chinos", hoteles, estancos, perfumerías, joyerías, albergues, recintos termales privados y aparcamientos públicos.
Por su parte, la fase operativa no sólo refuerza la presencia policial sino que hay más controles selectivos en las entradas y salidas de Ourense por parte de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR). Por su parte, los agentes de las brigadas de seguridad ciudadana, móvil (agentes llegados desde A Coruña) e información están realizando controles en estaciones de autobús y tren. Sin dejar de lado la vigilancia en el casco histórico y el área termal.
Asimismo, la brigada de información está presente en lugares de grandes concentraciones y la de caballería recorre los jueves los montes.
