Desde hoy y al menos hasta el próximo día 12 -según la última comunicación realizada por el Ministerio de Fomento- los miles de conductores que circulan a diario entre Vigo y Ourense volverán a pasar una 'prueba de obstáculos' al tener que abandonar la autovía para atravesar el desvío de 23 kilómetros por la carretera Nacional 120 y el alto de Fontefría, donde proliferan animales sueltos y el piso se encuentra en malas condiciones pese al continuo 'parcheo' por parte de los responsables de Carreteras del Estado.
Según la estadística, durante el pasado año se produjeron en carreteras de la provincia de Pontevedra más de 500 colisiones con animales o accidentes provocados al intentar esquivarlos, con la particularidad de que no se trata de siniestros reducidos a las vías secundarias, ni siquiera de carreteras en zonas rurales. Animales silvestres, sobre todo jabalíes y corzos, pueden encontrarse en terrenos llanos, sin bajadas, como, por ejemplo, la N-525.
Pero también los domésticos suelen campar a sus anchas por vías competencia del Estado, como ocurre en la N-120 a su paso por Covelo y A Cañiza. Estas últimas semanas, en las que estuvo cerrado uno de los túneles de O Folgoso en la A-52 para el tráfico entre Vigo y Ourense, debido a las obras de acondicionamiento, supusieron un desafío de obstáculos en forma de ganado bovino y equino para los conductores que se ven forzados a utilizar la N-120.
Vacas y caballos que pastan en los arcenes y que en algún momento se adentran en la carretera ya han provocado algún accidente en el lugar, por el que transitan, tras el cierre del túnel, unos 15.000 coches diarios. Pura probabilidad, ya que frente al 10% de los accidentes con animales que se producen en autovía está el 78% que tienen como escenario las carreteras convencionales, a las que tienen más fácil acceso.
Como ejemplo, y aunque no es habitual, agentes de Medio Ambiente del Condado-Paradanta notificaron hace unos meses el atropello de una loba adulta en el kilómetro 622, también en el alto de Fontefría.
Además, los vehículos tendrán que vérselas con el intenso tráfico de camiones, las fuertes rampas de subida y descenso y finalmente, atravesar el centro urbano de A Cañiza, parando en los pasos de peatones, antes de incorporarse de nuevo a la autovía. Supone unos 20 minutos extra de viaje, siempre que el tiempo no vuelva a empeorar: en enero hubo fuertes nevadas y en marzo lluvias torrenciales que hacían peligrosa la conducción.
DOS DÍAS DE ATASCOS
Mientras, la 'operación regreso' a Vigo de Semana Santa ha dejado la imagen de dos días consecutivos de kilométricas colas en el mismo punto: justo a la entrada del túnel de O Folgoso en obras, en la autovía Rías Baixas en sentido Ourense-Vigo. La Dirección General de Tráfico dio cuenta el domingo de una retención que llegó a 10 kilómetros, desde la boca del subterráneo hasta A Cañiza, y ayer se quedó en la mitad, pero de nuevo con miles de coches atrapados sin remedio durante una hora.
A partir de las seis de la tarde comenzó a formarse la cola ante el subterráneo, que con solo un carril abierto no daba abasto para que pudieran pasar los vehículos que en ese momento trataban de enfilar hacia Vigo, apurando el último día de Semana Santa gracias al festivo local. A partir de las diez de la noche el tráfico fue mejorando, como la jornada anterior. Y ya de noche, los operarios se aprestaban para clausurar de nuevo el túnel: desde hoy hasta el día 12, Vigo-Ourense por Fontefría.
Pero también los domésticos suelen campar a sus anchas por vías competencia del Estado, como ocurre en la N-120 a su paso por Covelo y A Cañiza. Estas últimas semanas, en las que estuvo cerrado uno de los túneles de O Folgoso en la A-52 para el tráfico entre Vigo y Ourense, debido a las obras de acondicionamiento, supusieron un desafío de obstáculos en forma de ganado bovino y equino para los conductores que se ven forzados a utilizar la N-120.
Vacas y caballos que pastan en los arcenes y que en algún momento se adentran en la carretera ya han provocado algún accidente en el lugar, por el que transitan, tras el cierre del túnel, unos 15.000 coches diarios. Pura probabilidad, ya que frente al 10% de los accidentes con animales que se producen en autovía está el 78% que tienen como escenario las carreteras convencionales, a las que tienen más fácil acceso.
Como ejemplo, y aunque no es habitual, agentes de Medio Ambiente del Condado-Paradanta notificaron hace unos meses el atropello de una loba adulta en el kilómetro 622, también en el alto de Fontefría.
Además, los vehículos tendrán que vérselas con el intenso tráfico de camiones, las fuertes rampas de subida y descenso y finalmente, atravesar el centro urbano de A Cañiza, parando en los pasos de peatones, antes de incorporarse de nuevo a la autovía. Supone unos 20 minutos extra de viaje, siempre que el tiempo no vuelva a empeorar: en enero hubo fuertes nevadas y en marzo lluvias torrenciales que hacían peligrosa la conducción.
DOS DÍAS DE ATASCOS
Mientras, la 'operación regreso' a Vigo de Semana Santa ha dejado la imagen de dos días consecutivos de kilométricas colas en el mismo punto: justo a la entrada del túnel de O Folgoso en obras, en la autovía Rías Baixas en sentido Ourense-Vigo. La Dirección General de Tráfico dio cuenta el domingo de una retención que llegó a 10 kilómetros, desde la boca del subterráneo hasta A Cañiza, y ayer se quedó en la mitad, pero de nuevo con miles de coches atrapados sin remedio durante una hora.
A partir de las seis de la tarde comenzó a formarse la cola ante el subterráneo, que con solo un carril abierto no daba abasto para que pudieran pasar los vehículos que en ese momento trataban de enfilar hacia Vigo, apurando el último día de Semana Santa gracias al festivo local. A partir de las diez de la noche el tráfico fue mejorando, como la jornada anterior. Y ya de noche, los operarios se aprestaban para clausurar de nuevo el túnel: desde hoy hasta el día 12, Vigo-Ourense por Fontefría.
