La defensa recordó que el cese de la convivencia dejó sin efecto los derechos sucesorios del cónyuge

Un viudo alega la 'mala fe' de sus cuñados para desheredarlo

El viudo abandona el estrado tras declarar en presencia de sus cuñados (derecha).  (Foto: MIGUEL ÁNGEL)
Una herencia de 385.927 euros mantiene enfrentados a ocho hermanos con su cuñado desde 2010, fecha en la que este último, Camilo Váquez, los denunció por estafa procesal. La querella hace referencia a la connivencia entre Bautista, Manuel, Castor, Consuelo, Eladio, Antonio, José y Julio Fernández Ferro para que el juez de Celanova los declarara herederos universales de su hermana Olimpia, sin advertir al togado que la finada, viuda de su primer marido, había contraído segundas nupcias el 8 de enero de 2000 .
El proceso, cuya instrucción se prolongó en los años y en folios -un total de 871-, quedó visto para sentencia ayer en la Audiencia. La fiscal y el viudo reclaman penas que oscilan entre los tres y cuatro años y medio de prisión para los inculpados por estafa (agravada por el prejuicio económico causado),así como la nulidad del auto que declara herederos a los acusados.

Estos últimos, alegan que reclamaron el patrimonio de su hermana porque la boda celebrada en el Santuario del Cristal, en Vilanova dos Infantes, a la que estuvieron invitados tres de ellos, había sido un 'paripé', una especie de 'unión de hecho' para acallar habladurías, alegando, asimismo, que no constaba en el Registro Civil (el matrimonio se inscribió cuando Olimpia Fernández Ferro ya había muerto y no antes para que ambos siguieran cobrando sus respectivas pensiones ). Pero ayer el cura Antonio Gómez dejó claro que casó a Camilio y Olimpia ante los ojos de la Iglesia católica y 4o invitados. Precisamente, la estrategia por la que los inculpados cuestionaron la validez del casamiento habla, según el letrado de la acusación particular, de la 'mala fe' por parte de los inculpados para 'engañar al juez, ocultándole el matrimonio y así perjudicar los derechos hereditarios del cónyuge'. La fiscal, por su parte, aprecia una 'intencionalidad maliciosa'.

La representante del ministerio público y la letrada de la defensa interpretan de forma distinta el Código Civil. Para la primera, el viudo es el legítimo heredero porque 'sólo se pierde el derecho a heredar con sentencia de separación firme y cuando conste separación en un documento fehaciente de mutuo acuerdo'.

Pero, según la letrada de la defensa, el artículo 945 introdujo una modificación en 2005 en el que se contempla la opción de la 'separación de hecho', cuando cesa la convivencia por voluntad de uno o de ambos cónyuges. Para acreditarlo llamó a declarar a toda una batería de testigos -vecinos, amigos de la fallecida, su peluquera...- y demostrar que Camilo y Olimpia ya no eran pareja. Todo ello con el fin último de evidenciar que los acusados obraron de forma legítima a la hora de invocarse como herederos ya que 'el viudo había perdido los derechos sucesorios', y que su actuación no tiene trascendencia penal.

En escena irrumpió ayer otro testigo, Paco Cid, quien dijo que había mantenido una relación sentimental con Olimpia de nueve meses , aunque la hicieron pública tres antes de morir. 'Ella nunca me habló de Camilo como su marido pero sí de su primer esposo', comentó ayer.

Varios vecinos 'puerta con puerta', tal como se identificaron, alegaron que el matrimonio había roto al menos un año antes del fallecimiento. Alguno, incluso, le puso fecha: 'Lo dejaron cuando la difunta en agosto de 2008 pidió auxilio porque la estaba maltratando'.

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