El barrio de Eiroás rememoró la boda de la pareja de viudos Gumersinda y don Antonio

¡Viva a Pita, a garbosa!

  Los novios reciben una lluvia de maíz. (Foto: Miguel Angel)
La Festa da Pita volvió ayer a evocar, en Eiroás, la historia de amor de Gumersinda y don Antonio, una pareja de viudos que contrajeron nupcias de nuevo. Hasta aquí todo normal, si no fuera porque olvidaron convidar a sus vecinos a una fiesta.
‘Non sei si é decente, aínda que ten cara de pillo’. A pesar de las dudas de una jovencísima viuda, doña Gumersinda de Benavides (más conocida como la ‘Pita’, por mal nombre) dio ayer el sí quiero a un más que barbilampiño adolescente y viudo también, don Antonio Guimarey, en una boda pública que se celebró en la plaza del barrio de Eiroás, y que se ha convertido desde hace 30 años en uno de los actos más desenfadados y con más sentido del humor que se desarrollan en el Entroido de la ciudad. ‘¡Viva a Pita, a garbosa!’, exclamaba un vecino.

Los invitados que acudieron a la boda de ‘estes dous amores renacidos’ pudieron disfrutar durante una hora de esta representación hecha por los vecinos que rememora una historia real, ocurrida en la decada de los años 50. Como mandaba la tradición de ‘facer cinzarrada’, la pareja estaba obligada a convidar al pueblo a una gran fiesta pagada por los recién casados.

Alusiones y picaresca

En el caso de Gumersinda y don Antonio, se desconoce si lo hicieron así o no. Lo cierto es que desde los años 70 los vecinos de Eiroás celebran esta fiesta en el día grande del Entroido, que por los diálogos que se escucharon ayer se caracteriza por una historia cargada de alusiones eróticas y sexuales antes de la llegada de Doña Cuaresma. ‘Amor é a poesía da vida, e o sexo a melodía’.’Xa nos tiñamos coñecidos no ‘pallar’ de don Sixto’, desveló la futura esposa. La representación teatral (organizada por la asociación Amigos da Pita) contó con la presencia de nueve figuras que representaban a dona Gumersinda con un figura de pita (gallina), que arrojaron sobre los novios una lluvia de semillas de maíz para invocar, además, su ferti lidad. Estas máscaras aparecieron por primera vez en la ‘Festa da Pita’ en el año 2002 para dar un nuevo impulso a este acto e identificar así al barrio ourensano con ‘a Pita’, y ‘perpetuar a lembranza’, según la asociación.

Antes de la ceremonia profana, los asistentes a la boda se quedaron estupefactos y con la boca abierta por la visita ‘sorpresa’ de los tres candidatos a la presidencia de la Xunta. ‘Llueva, haga frío o sol, los políticos siempre están donde se les necesita’, comentó con ironía una señora al periodista, mientras se reía con las ocurrencias de una de las tres máscaras que les representaban.

Touriño, por el PSOE; su compañero en el bipartito, Anxo Quintana, y Núñez Feijóo, por el PP, aprovecharon ayer la boda para hacer campaña. Y, claro, sus promesas no dejaron indiferente a nadie por las carcajadas que despertaron entre los invitados. Mientras que Feijóo hacía suyo el lema del ‘Yes we can’ (‘Sí, yo tengo perro’, como lo tradujo), y el candidato socialista prometía la construcción de una autovía entre Eiroás y el Parque de San Lázaro, el ‘número uno’ de los nacionalistas se decantó por una galescola para el barrio.

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