El voto emigrante de las elecciones gallegas ha sido mínimo -un 3,25% del censo de residentes ausentes en Galicia y un 3,1% en Ourense- y prácticamente la mitad de los 12.954 votantes, o lo que es lo mismo, un 49,2 por ciento de los sufragios enviados, apoyaron al PPdeG en los comicios, según el recuento efectuado ayer.
El mismo porcentaje se repite en la provincia de Ourense, donde sus emigrantes optaron también en su mayor parte por la candidatura popular -el 49,80% de los votos emitidos, es decir, 1.202 de los 2.442 votos recibidos-. Ha quedado en segundo lugar el PSdeG, con 3.870 sufragios, 636 en Ourense (en esta provincia votaron a los socialistas el 26,3% de los emigrantes que ejercieron su derecho). Alternativa Galega de Esquerda se convirtió en la tercera fuerza política en las provincias de A Coruña y Pontevedra pero en Ourense ese puesto lo logró Sociedad Civil y Democracia, la formación de Mario Conde, que obtuvo 144 votos; hay que recordar que el número dos de su candidatura en esta provincia lo ocupaba Alfredo Enríquez Badas, responsable de la Casa de Ourense en Buenos Aires (Argentina). SCD relegó al BNG -que quedó como tercera fuerza pra el electorado emigrante de Lugo- al cuarto puesto.
En las primeras elecciones autonómicas gallegas en las que se ha aplicado el denominado voto rogado (el elector debe solicitar su derecho al sufragio, lo que complica a muchos de los votantes del exterior) sólo han ejercido finalmente su derecho un 3,25 por ciento de los 397.382 electores gallegos residentes en el extranjero computados por la Oficina del Censo Electoral, aunque habían solicitado la documentación en torno a un 7,6 por ciento (30.524).
El recuento, realizado ayer en las juntas electorales provinciales, no produce cambio alguno en el reparto de escaños, como ya estaba previsto, precisamente por el escaso número de electores que pidieron votar. De hecho, fue tan reducido el número de sufragios contabilizados en Ourense -sólo 2.442 de los 88.725 emigrantes censados- que la junta electoral resolvió en poco más de dos horas el desenlace, y a media mañana ya había firmado las actas que dan fe del resultado y se las había notificado a los representantes de los partidos políticos allí presentes. En Ourense fueron 28 los votos nulos y tres los sobres que fueron en blanco, sin que se registraran reclamaciones, de momento, ni papeletas que pidiesen subsidios, ayudas o localización de familiares, habituales en anteriores convocatorias electorales, ante de la fórmula del voto rogado.
En las primeras elecciones autonómicas gallegas en las que se ha aplicado el denominado voto rogado (el elector debe solicitar su derecho al sufragio, lo que complica a muchos de los votantes del exterior) sólo han ejercido finalmente su derecho un 3,25 por ciento de los 397.382 electores gallegos residentes en el extranjero computados por la Oficina del Censo Electoral, aunque habían solicitado la documentación en torno a un 7,6 por ciento (30.524).
El recuento, realizado ayer en las juntas electorales provinciales, no produce cambio alguno en el reparto de escaños, como ya estaba previsto, precisamente por el escaso número de electores que pidieron votar. De hecho, fue tan reducido el número de sufragios contabilizados en Ourense -sólo 2.442 de los 88.725 emigrantes censados- que la junta electoral resolvió en poco más de dos horas el desenlace, y a media mañana ya había firmado las actas que dan fe del resultado y se las había notificado a los representantes de los partidos políticos allí presentes. En Ourense fueron 28 los votos nulos y tres los sobres que fueron en blanco, sin que se registraran reclamaciones, de momento, ni papeletas que pidiesen subsidios, ayudas o localización de familiares, habituales en anteriores convocatorias electorales, ante de la fórmula del voto rogado.
