El grupo de jazz encandiló al público con melodías frescas y mezcla de sonidos
Cuando emprendas tu viaje a Ítaca pide que el camino sea largo, que diría Kavafis. así, sin miedo, con arrojo, sin prejuicios y una energía que conmueve, con cada tema como si fuera el último golpe de aliento en la trinchera. el jazz, como el camino que demanda Kavafis está lleno de aventuras y experiencias, está claro que te encontrarás con cíclopes incluso al colérico Poseidón en forma de herencia musical, de legado despiadado. Pero el jazz, rico y ecléctico, libre y versátil te llenará de claves con las que salir airoso.
Xan Campos Trío es más que un grupo de jazz que tocan juntos, de entrada son un grupo estructurado que se amolda a la perfección y que va a lo suyo, a interpretar cada tema como si este fuera una bandera que necesitara ser izada, y lo hacen al unísono. no hay solos, ni alardes de salón, en pro de los protagonistas. Aquí los mueve una serie de temas, de composición propia, con los que hay que dejarse la piel, y eso no es poco. el jazz está lleno de músicos virtuosos que no apuntan más abajo de su propio ombligo, sobra decir que esto es otra cosa. Melodías frescas, con la frescura que arrastra una música celebradamente centenaria, en la que cada fraseo, cada melodia apunta en múltiples direcciones, pero que en las manos de Xan, uno se encuentra con sorpresas una detrás de otra, desde evocaciones románticas, melodías clásicas en el entorno de don Pullen, a Ken Werner, otras más pop con repeticiones cargadas de emotividad, fraseos cristalinos que engatusan, “Xeo”; melodías que van y vienen, como si Ítaca ya estuviera cerca, “Casa barco Coche”, la última advierten, no lo será, habra un bis. no ha sido un viaje sencillo, pienso, pero ver- los tocar merece la pena. Xan se cree lo que toca, el batería, iago Fernández está glorioso, Horacio García, puntual como las 12. ectropía, Ítaca, perdón, espera.
