El Consello de la Xunta tratará hoy una orden que establecerá modelos de estatutos para agrupaciones forestales de gestión conjunta. Esta figura, creada por la Lei de Recuperación de Terra Agraria, implica la unión de varios propietarios de terrenos forestales en cuanto a la gestión unificada del territorio.
La orden de la Xunta establece modelos orientativos para tres niveles de asociación. El director xeral de Planificación y Ordenación Forestal, José Luis Chan, explica que la orden busca “un apoio ao asociacionismo forestal”. El primer nivel permitirá, según detalla, “unificar criterios de xestión dos seus montes”. Por ejemplo, coordinar la producción de madera, de castaña o incluso gestión de frondosas para usos recreativos, entre otros.
Un mayor compromiso requeriría otro modelo de agrupación, orientado a la comercialización conjunta. “Falando de Ourense, o exemplo máis claro poden ser os soutos de castiñeiros”, comenta Chan. “Non se trata de que o propietario perda o control do seu souto”, matiza, sino de que se comercialice la castaña -en este caso- “a través dunha asociación onde se xunta toda a produción e se poden negociar mellores precios que individualmente”.
Asimismo, según enumera el director xeral, existiría un nivel “máis ambicioso” en el que se cedería la gestión a la agrupación, para que se hiciera de manera conjunta. Esto permitiría acceder a empresas de servicios forestales con mayores medios. “A nivel particular é inviable”, observa Chan, “pero cando se xunta unha superficie invita a contar con ese asesoramento”.
Preferencia en ayudas
Las agrupaciones forestales de gestión conjunta son una figura creada por la Lei de Recuperación da Terra Agraria, aprobada hace más de dos años. Entre sus objetivos se incluyen la protección del medio ambiente, la prevención de incendios forestales y el fomento del desarrollo rural. Asimismo, uno de los ejes de la primera revisión del Plan Forestal de Galicia 2021-2040 establece el fomento de este tipo de entidades. De hecho, tienen preferencia en la concesión de ayudas públicas al sector forestal.
José Luis Chan niega que la orden cierre posibilidades de asociación, ya que los modelos de estatutos serán “orientativos e voluntarios”. La idea -explica- es respetar la intención de cada propietario forestal y hasta dónde está dispuesto a ceder la gestión de sus parcelas. “O que interesa é establecer un abano de posibilidades”, agrega el director xeral, ya que la idea es “flexibilizar ao máximo as figuras para que todas as alternativas teñan cabida”.
El sector maderero valora el fomento de las agrupaciones de manera positiva
Desde el sector maderero acogen positivamente el impulso a las agrupaciones forestales de gestión conjunta, que permiten concentrar la gestión del minifundista monte gallego. “Minifundio es pobreza”, asevera Elier Ojea, presidente de la Federación Empresarial de Aserraderos y Rematantes de Madera de Galicia (Fearmaga). Por ello, todo lo que sea “combatirla” es bien recibido. “Venimos reiterando la necesidad de poner en valor el monte”, relata.
Y es que “según el inventario forestal, hay en torno a 800.000 hectáreas de monte” en Galicia que están “abandonadas, sin trabajar o a monte”, tal y como afirma. “Tenemos un oro verde que está abandonado”, lamenta Ojea, al que se le podría extraer un importante rendimiento económico. Mientras en Galicia está en un segundo plano, en otros países la madera genera “una industria importantísima”. “Tenemos que verlo como una oportunidad”, dice, sin contar que “un monte cuidado es un monte que arde peor”.
Ojea cifró en 400 millones de euros lo que deja la venta de madera en las familias gallegas. Una cifra que podría alcanzar los mil millones si se apostara por el sector. “Mucha gente que sale de las escuelas forestales tiene que salir a otras zonas”, manifiesta el presidente de Fearmaga, quien apunta también que fortalecer la apuesta por la madera gallega implicaría garantizar el suministro de esta materia prima a las pequeñas y medianas empresas.
