“El yoga realmente es un día a día consciente en el que intentas trabajar los pequeños detalles, es el autocuidado que se traslada a los demás”. Así resume los pilares de esta práctica Luz Iglesias, una de las cinco profesoras que ayer, coincidiendo con el Día Internacional del Yoga, promovió una jornada de puertas abiertas en el espacio Mur Marxinal, en la que se ofrecieron dos clases, una comida, una práctica de “mindfulness” -conciencia plena-, un concierto y una charla a cargo de Sos Tenópil Galitzia, ya que los fondos recaudados en las actividades se donarán para los refugiados ucranianos.
Yolanda Pérez, otra de las docentes involucradas en la jornada, destaca que la sociedad ourensana está cada vez más familiarizada con la práctica del yoga, especialmente después de la pandemia, que supuso un punto de inflexión en la forma en la que cada uno lidia con el estrés del día a día. “Foi un momento que nos fixo tomar consciencia, o feito de parar a nosa actividade. Fixo recapacitar á xente, reflexionar e tamén buscar algo que te faga sentir ben”, asegura.
Los beneficios que esta disciplina puede provocar sobre la salud son varios, si bien lo que se busca es la “unión entre cuerpo y mente”, un concepto implícito en el propio origen de la palabra yoga. En este sentido, no se puede disociar la parte práctica de la espiritual, ya que, como explica la profesora Adriana María Feijoo, “lleva consigo unas prácticas éticas morales y demás, y no se trata solo de trabajar la flexibilidad y luego por detrás ser maligno. Se basa en los principios de la no violencia y en general de conductas que beneficien a todo el mundo”.
Para lograr esa conexión entre lo material y lo etéreo es indispensable la respiración, que en la práctica del yoga actúa como unión entre todos los planos de la persona.
Esta jornada de puertas abiertas ofreció pinceladas de todas las prácticas que componen el amplio espectro del yoga, entre las que se incluye el Kundalini. La profesora Bea Carracedo impartió una práctica de esta modalidad, de la que destaca que “se hace más énfasis en la parte de la meditación y de cánticos de los mantras”. “El yoga del sonido tiene más presencia, muchas posturas son comunes y las series quizás tengan un contenido más dinámico, puede que sea más espiritual”, relata.
“Se busca elevar la energía. Ayuda mucho a la relajación, a conectar con una misma y a darse cuenta de las limitaciones que tenemos, es una experiencia que es tan individual que es difícil de definir”, asegura Carracedo.
