Zulema Iglesias empezó a arbitrar con 11 años en Ourense, ahora tiene 29. “Hace 10 años era imposible ver a una árbitra en Primera División. Hoy somos cinco internacionales y antes han llegado otras internacionales. Estamos llegando a estos ámbitos”, señala. Con todo, “ahora mismo soy árbitra internacional y no estoy profesionalizada. Es decir, mañana me lesiono y tengo que cambiar mi vida por completo. Las jugadoras de fútbol no son profesionales, por eso están haciendo paros de 30 segundos, para pedirlo. Estoy arriesgando mi vida, luchando por un sueño pero sin una base que me mantenga”, dice la árbitra, que tiene su carrera como profesora.
Sí pone en valor el trabajo de la Liga femenina “porque fue un impulso fuerte y están luchando. Creo que el hecho de que otra mujer esté ahí ya es algo, es un referente”, dice. González concluye que en el mundo del deporte, “aunque se ha avanzado, face falta más visibilidad. Cuando yo quise jugar al fútbol no tuve la opción, fui árbitra de rebote”.
