Allariz estrena aulas y Muíños queda sin alumnos de tres años

photo_camera Un momento de la visita oicial al colegio Curros Enríquez de Celanova (L.F.)

El primer día de clases en las decenas de escuelas del rural ourensano fue una auténtica fiesta. Así lo corroboraban los diferentes directores de los centros de la Baixa Limia y Terras de Celanova, donde "a volta a clase permite retomar o contacto cos amigos, porque moitos dos nosos alumnos viven en pobos onde non hai nenos", resumía la directora del CEIP O Xurés de Lobios, Milagros Paz, al tiempo que destacaba el interés de los pequeños por quedarse a comer en el centro "moitos decían que o mellor é a comida do comedor".

En el Curros Enríquez de Celanova, donde el delegado territorial Rogelio Martínez oficializó el inicio del curso escolar en la provincia, se vio alguna que otra lágrima, si bien la aparición de las cámaras hizo olvidar la marcha de los progenitores. "Por que nos sacades fotos?", preguntaban curiosos los niños de 5 años. En Muíños no hubo lágrimas "porque todos son veteranos, este ano non temos cativos de 3 anos", lamentaba la dirección del centro Valle Inclán, que este año contará tan solo con 21 alumnos. Más contentos estaban en Padrenda (con 138), donde la directora confirmó el mantenimiento de la unidad de Infantil que se iba a cerrar.

Ajetreada, pero sin incidencias, fue la apertura del curso en el colegio Amaro Refoxos de Verín con 430 escolares o en el Padre Feijoo de Allariz que por fin vio cumplidas sus reivindicaciones con la apertura del nuevo aulario para infantil y que en el último año ha construido la Consellería de Educación. Un proyecto de 1,2 millones de euros y que finalizaba este mismo mes, si bien las obras de urbanización exterior que ahora deberá ejecutar el Concello se prolongarán hasta final de mes, con las inevitables molestias para conductores y viandantes.

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