La provincia logró ampliar la estadía de sus Majestades con fiestas y cabalgatas en el rural
Tras una larga noche repartiendo regalos, Melchor, Gaspar y Baltasar volvieron a hacer acto de presencia ayer en la provincia para participar en cabalgatas y festivales organizados en el rural ourensano,.
Sus reales majestades pospusieron su regreso a Oriente para disfrutar de las cabalgatas que les permitieron recorrer pueblos como Pontedeva, Castrelo de Miño o A Merca, esta última una de las más antiguas y longevas de la provincia. Cinco horas y 35 kilómetros de desfile, con intercambio de bocadillos y chupitos de licor, que concluyó con una misa y concierto del coro de la Asociación Cultural Capilla de San Miguel de Celanova en el colegio.
Festival que se repitió en Castrelo de Miño, donde no faltó la música, baile y roscón para todos los asistentes, que además brindaron con cava.
En Celanova, los tres Reyes Magos participaron en la escenificación del Belén viviente desarrollado en el templo de San Rosendo y en San Pedro de Laroá (Xinzo), repartieron regalos entre todos los niños de la parroquia.
A caballo se presentaron sus Majestades en Lobios, donde protagonizaron una soleada cabalgata y una animada recepción, con chocolatada y entrega de regalos, en el pabellón de deportes. Unas instalaciones que, gracias al trabajo desinteresado de los voluntarios de Protección Civil, albergaron un espectacular belén gigante con el portal y el niño, un río con su molino, colmenas y las cabañas de los pastores con ovejas, gallinas y hasta un burro.
Mientras, en el entorno de la ciudad, localidades como Bentraces y Barbadás celebraban a los Reyes con conciertos de panxoliñas.
