Los robos también siguen modas

La última oleada de robos no sólo está poniendo en jaque a las fuerzas y cuerpos de seguridad, que ven como los delincuentes cambian su modus operandi para centrarse en dos modalidades delictivas: el asalto a familias en el medio rural, de noche, en ocasiones haciendo uso de la violencia; y el robo de maquinaria, hierro y cobre, hasta dejar incomunicados numerosos pueblos o a los propios concellos sin utensilios con los que hacer mantenimiento. El robo de productos de huerta y alimentos se mantiene, pero en menos medida, y es prácticamente testimonial el de ganado, que causó una gran alarma hace dos años en las comarcas ganaderas, hasta que se intensificó la vigilancia.

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