Los vecinos de Cartelle protagonizaron dos desfiles completamente antagónicos, uno exaltando la belleza y otro la virilidad
El Entroido más anárquico, salvaje y tradicional se desarrolló ayer entre risas y carreras en As Teixugueiras (Cartelle). Los vecinos se echaron un año más al monte para correr al meco, a quien este año bautizaron como "pequeño Nicolás", por las fincas y terrenos de la parroquia. La fiesta en el pueblo comenzó el día antes, con la propia confección del meco a partir de uno robusto árbol de la parroquia y las meriendas de sardinas para complementar el viril muñeco. La lectura del testamento y una gran chocolatada puso el punto y final a las celebraciones hasta el año próximo.
A escasos kilómetro de alli, elegantes y distinguidas, las Bonitas lucieron en Sande sus mantones de manila, joyas y plumas en el día grande del Entroido. En el recorrido hubo menos vecinos que en años anteriores, pero los que estaban se integraron en la fiesta con divertidos trajes de pollitos, trogloditas y hasta un doble de Elvis Presley. En la comitiva que seguía a las bonitas, la vaca y al oso, también se colaron dos jóvenes de Santiago que, tras conocer la existencia de las Bonitas en Internet, este año se animaron a participar en el Entroido local. Tras una copiosa comida en el local social, por la tarde fue el turno del recitado de coplas y la chocolatada.
