Los papeles del rock

45 años del gran timo del rock’n’roll: ¡Saca dinero del caos!

No se estrenó en cines hasta el verano de 1980, y en España en concreto no llegó a las pantallas de nuestras salas hasta casi un año después con el engañoso título – si se mira desde determinado punto de vista, algo coherente con la filosofía de esta película: todo era un engaño, hasta el propio rock´n´roll- de “Dios Salve a la Reina”, parafrasendo el título del legendario e incendiario single de los Sex Pistols: “The Great Rock´n´Roll Swindle”, o sea, el gran timo del Rock´n’Roll. Pero hace ahora 45 años, pocas semanas después de la trágica muerte de Sid Vicious, lo que sí se editó fue la banda sonora de la película, un doble álbum también llamado así, “The Great Rock´n´Roll Swindle”

Según se dijo en la prensa musical del momento, “The Great Rock´n´Roll Swindle” iba a ser el nombre del segundo álbum de los Sex Pistols, para el cual se habían grabado algunas maquetas muy básicas antes el infausto tour por Estados Unidos que hizo saltar la banda en pedazos en enero de 1978. De hecho, parte de esta falsa banda sonora se montó, más allá de algunas ocurrencias realmente originales, a partir de tomas descartadas y temas grabados apresuradamente concebidos por dos (u ocasionalmente tres) miembros de los ya desaparecidos Sex Pistols, entre ellas la canción que dio nombre al disco y a la película. Varias tomas en directo –de pésima calidad- de actuaciones del grupo y temas que podrían formar parte de ese segundo Lp que nunca se llegó a grabar podrían ser algunas de las piezas que aparecieron en la banda sonora adjudicados a sus miembros en solitario, como “Silly Thing” de Paul Cook o “Lonely Boy” de Steve Jones, amén de “No One Is Innocent” en cuyos créditos figura el famoso delincuente de la banda que participó en el legendario robo del tren de Glasgow, Ronnie Biggs que también apareció en la película en las escenas filmadas en Río de Janeiro, donde se trasladó a vivir con lo que sacó de aquel robo o el infame “Belsen Was a Gas”, del que se recoge una versión grabada en directo. Amén de los covers de rock´n´roll clásico y del inolvidable “My Way” de Frank Sinatra que grabó Sid Vicious.

Según afirmaron muchos periodistas musicales británicos, tanto el doble álbum como la película fueron el último y desesperado intento del creador, manager y según Johnny Rotten, asesino de los Sex Pistols, Malcolm McLaren por exprimir el último penique que el cadáver del cuarteto que había revolucionado toda la escena del rock podía dar ya definitivamente disueltos. Se lo propusiera deliberadamente o no Malcolm McLaren, lo cierto es que la jugada una vez más, le salió bien: El álbum llegó a disco de oro en marzo de 1979 y colocó cuatro singles en el Top 10 entre 1978 y 1979, por “No One Is Innocent”/“My Way”, además de “Silly Thing”, “ C’mon Everybody” y “Something Else”; este último alcanzó el puesto número 3 y se convirtió en el sencillo de Sex Pistols más vendido de todos los que editaron, incluidos “Anarchy In The UK” y “God Save The Queen”.

Todo ello en un momento en el que además, Johnny Rotten, ahora John Lydon, después de la gira por Estados Unidos y la abrupta ruptura del grupo no quiso volver a saber nunca de los Pistols ni de McLaren, al que en más de una declaración de la época llamó delincuente y estafador. ¿Propició sin pretenderlo el nombre a la película o al disco más allá de la famosa canción? Lo cierto es que su participación tanto en el disco como en la película son absolutamente testimoniales, limitándose excepto en las versiones en directo, a una outtake recuperada de unas sesiones de grabación de 1976, en concreto una versión tosca pero apasionada de The Monkees: “(I’m Not Your) Stepping Stone”. La ausencia de Lydon puso en duda la validez de “The Great Rock´n´Roll Swindle” para no pocos seguidores de la banda y además, temas como “You Need Hands” (con el propio McLaren tomando el micrófono) y el absurdo “Who Killed Bambi?”, con la participación del futuro líder de Tenpole Tudor, Edward Tudor-Pole, agregaron más leña al fuego para los detractores del punk.

Sin embargo y ya con una perspectiva realmente ancha en el tiempo, la nueva escucha de “The Great Rock’n’Roll Swindle” hace que el álbum merezca una buena reevaluación. En primer lugar, el disco permitió a Sid Vicious brillar intensa aunque brevemente, con su carismática voz en versiones mejoradas de “Something Else” y “C’mon Everybody” de Eddie Cochran, que como dijimos más arriba, dieron buenos resultado como singles y la versión de “My Way” es el fondo musical de la escena más recordada de “The Great Rock´n´Roll Swindle” y tal vez una de las más icónicas del punk rock: Sid Vicious asesinando a tiros a su audiencia tras acabar de cantar esta canción en un teatro parisino. Sin olvidar las extravagantes curiosidades de la versión “God Save the Queen” interpretada por una orquesta sinfónica con Malcolm McLaren hablando sobre la música acerca de cómo “inventó” el punk rock y los Sex Pistols, “EMI” que se hizo de la misma manera, pero con Steve Jones narrando la letra, el surrealista popurrí de cuatro canciones adaptadas al sonido disco realizada por un grupo llamado Black Arabs y “Anarchie Pour Le UK.”, que fue grabada por un trío de desconocidos músicos callejeros franceses, con acordeón y violín.

La película, que tuvo muy malas criticas y que comparativamente hablando no tuvo ni de lejos el mismo éxito de taquilla que tuvo la banda sonora, fue dirigida por Julian Temple, quien a partir de esta película se consagró en el mundo del audiovisual, tanto en el campo del videoclip como en el del largometraje y que de hecho, filmó otra película sobre los Sex Pistols, “The Filth And The Fury” en 2000, esta última cinta sin intervención alguna de Malcolm McLaren, cuya visión de lo que fue el punk rock se constituyó como la base del guión de “The Great Rock´n´Roll Swindle”. Esta otra película por el contrario, se centró en la versión de la historia que dio el propio grupo, en especial Johnny Rotten.

45 años después, “The Great Rock’n’Roll Swindle”, tanto el disco como la película, sigue siendo posiblemente el mayor placer culpable del punk. Una historia en esencia sincera, puesto que el leit motiv de la película, perfectamente estampado en una de las camisetas de Malcolm McLaren, “Cash From Chaos”, es decir, saca dinero del caos, no deja lugar a dudas. Puede que a finales de los 60 McLaren fuera un revolucionario que estuvo cerca de los situacionistas y que vivió en París el mayo francés; diez años después, se dio cuenta que el estallido de rebeldía punk que él contribuyó a lanzar iba a ser rápidamente absorbido por el sistema y en modo alguno dejó que nadie le quitara su trozo del pastel. Los dibujos animados, considerados obscenos en su día y que hoy casi hasta se podrían mirar con ternura, sobre todo el divertidísimo final con “Friggin´In The Riggin’” de fondo y las escenas de Sid Vicious en París hacen de esta película un documento que no puede decirse que haya envejecido mal del todo. Y en cuanto a la banda sonora que cumple esos 45 años, un álbum que se escucha con agrado y que contiene, pese a que fuera tan solo una jugada comercial, la actitud punk rock de la rebelión de 1977.

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