En el año 2007 el 93,4 por ciento de los ocupados gallegos estaba satisfecho o muy satisfecho con su trabajo, según los datos de la 'Encuesta de condiciones de vida de las familias. Condiciones en el trabajo' publicados por el Instituto Gallego de Estadística (IGE). Entre los principales motivos de satisfacción de estos trabajadores están la estabilidad laboral y el hecho de que les gusta su trabajo.Un 55,2 por ciento de los ocupados gallegos trabajan a menos de cinco kilómetros de donde residen y un 26,5 por ciento lo hacen a menos de uno, mientras que un 6,2 por ciento tienen que recorrer más de 50 kilómetros para llegar a su destino laboral.
En una escala de uno a diez, los ocupados gallegos valoran su nivel de satisfacción medio con una puntuación de 7,1, un valor que es más alto entre los trabajadores del sector servicios, así como entre las personas que trabajan en las provincias de A Coruña y Ourense.
La encuesta recoge también que el 43,7 por ciento de las mujeres gallegas ocupadas y el 39,7 por ciento de los hombres considera difícil o muy difícil conciliar la vida laboral con la familiar, porcentaje que se eleva al 55,5 por ciento si los ocupados tienen hijos menores de 16 años.
Así, el 60 por ciento de los trabajadores asalariados consideraba en 2007 que su empresa no se preocupaba suficientemente de las personas con cargas familiares, mientras que en 2001 esta cifra se situaba en el 63 por ciento.
Este es uno de los motivos que condiciona la maternidad o paternidad de los trabajadores asalariados, entre los que también se incluyen el salario insuficiente como primer motivo, seguido de la incompatibilidad de los horarios con el cuidado de los niños.
En Galicia, el 55,2 por ciento de los trabajadores vivía en 2007 a menos de 5 kilómetros del trabajo y el coche seguía siendo el principal medio de transporte para este desplazamiento, que pasó del 57,9 por ciento de 2001 al 65,8 por ciento del pasado año, ocho puntos porcentuales más.
El transporte urbano sólo lo utiliza un 4,4 por ciento de los trabajadores, mientras que los que se desplazan andando pasaron del 31,3 por ciento de 2001 al 24,6 por ciento de 2007.
Respecto a los horarios especiales, el IGE destaca que más de la cuarta parte de los ocupados gallegos trabaja los sábados, porcentaje que desciende al 12,7 por ciento si lo hacen también los domingos.
El informe apunta además que un 8,8 por ciento de los trabajadores utiliza en su empleo un idioma distinto al gallego o el castellano, principalmente el inglés, que lo usa el 75,7 por ciento de los ocupados.
La encuesta recoge también que el 43,7 por ciento de las mujeres gallegas ocupadas y el 39,7 por ciento de los hombres considera difícil o muy difícil conciliar la vida laboral con la familiar, porcentaje que se eleva al 55,5 por ciento si los ocupados tienen hijos menores de 16 años.
Así, el 60 por ciento de los trabajadores asalariados consideraba en 2007 que su empresa no se preocupaba suficientemente de las personas con cargas familiares, mientras que en 2001 esta cifra se situaba en el 63 por ciento.
Este es uno de los motivos que condiciona la maternidad o paternidad de los trabajadores asalariados, entre los que también se incluyen el salario insuficiente como primer motivo, seguido de la incompatibilidad de los horarios con el cuidado de los niños.
En Galicia, el 55,2 por ciento de los trabajadores vivía en 2007 a menos de 5 kilómetros del trabajo y el coche seguía siendo el principal medio de transporte para este desplazamiento, que pasó del 57,9 por ciento de 2001 al 65,8 por ciento del pasado año, ocho puntos porcentuales más.
El transporte urbano sólo lo utiliza un 4,4 por ciento de los trabajadores, mientras que los que se desplazan andando pasaron del 31,3 por ciento de 2001 al 24,6 por ciento de 2007.
Respecto a los horarios especiales, el IGE destaca que más de la cuarta parte de los ocupados gallegos trabaja los sábados, porcentaje que desciende al 12,7 por ciento si lo hacen también los domingos.
El informe apunta además que un 8,8 por ciento de los trabajadores utiliza en su empleo un idioma distinto al gallego o el castellano, principalmente el inglés, que lo usa el 75,7 por ciento de los ocupados.
