Ana Obregón vivió ayer un día que, a buen seguro, no olvidará jamás. Mes y medio después de la muerte de Aless, la actriz celebraba una misa funeral en memoria de su hijo para que todos aquellos que lo deseasen pudiesen acudir a darle su último adiós.
Apoyada por sus hermanas Celia y Amalia, y por Carolina, la novia de su hijo Aless - y de quien no se separó en ningún momento - Ana recibió el cariño de numerosos amigos que quisieron acompañarla en este día tan emotivo.
Aunque la bióloga intentó contener sus emociones y mostrarse entera durante toda la jornada, fue incapaz, y a la salida del funeral, Ana se derrumbó. Fue al reencontrarse con su amigo Raúl Castillo, conocido como "Ra", al que abrazó sin poder dejar de llorar. Visiblamente afectada, la presentadora no pudo retener las lágrimas y la vimos mostrando, una vez más, su cara más vulnerable.
Lequio, al que hemos visto en varias ocasiones desde la muerte de su hijo con una de las camisetas preferidas de Aless (azul y de la Universidad de Duke, donde estudió la carrera) como homenaje al joven, apostó en esta ocasión por un sobrio traje negro.
El italiano no está llevando nada bien la ausencia de su hijo mediano, con el que tenía una gran complicidad. Su mujer, Maria Palacios, se ha convertido en su gran apoyo, como hemos podido comprobar en el funeral, en el que no se separó de su lado.
Intentando mantener la entereza y continuar con su vida, Lequio no faltó ayer a su puesto de trabajo como colaborador de "El programa del verano" pese a que le esperaba uno de los tragos más amargos para cualquier padre, el tener que asistir al funeral de su propio hijo.
Apoyada por sus hermanas Celia y Amalia, y por Carolina, la novia de su hijo Aless - y de quien no se separó en ningún momento - Ana recibió el cariño de numerosos amigos que quisieron acompañarla en este día tan emotivo.
Aunque la bióloga intentó contener sus emociones y mostrarse entera durante toda la jornada, fue incapaz, y a la salida del funeral, Ana se derrumbó. Fue al reencontrarse con su amigo Raúl Castillo, conocido como "Ra", al que abrazó sin poder dejar de llorar. Visiblamente afectada, la presentadora no pudo retener las lágrimas y la vimos mostrando, una vez más, su cara más vulnerable.
Lequio, en un segundo plano
Si alguien ha centrado la atención tanto de los medios de comunicación como de los asistentes al funeral celebrado en memoria de Aless, ha sido Ana Obregón. Alessandro Lequio, muy afectado, ha preferido mantenerse en un segundo plano y dejar todo el protagonismo a la madre de su hijo.
El italiano, al que todavía no hemos visto derrumbarse pese a estar pasando por los momentos más duros de su vida, llegó a la iglesia acompañado por María Palacios. Con un elegante traje negro y una mascarilla con la bandera de su país, Alessandro charló traquilamente con sus ex cuñados Javier y Juancho García Obregón, ajeno a la multitud de personas que accedían a la iglesia.
Lequio, al que hemos visto en varias ocasiones desde la muerte de su hijo con una de las camisetas preferidas de Aless (azul y de la Universidad de Duke, donde estudió la carrera) como homenaje al joven, apostó en esta ocasión por un sobrio traje negro.
El italiano no está llevando nada bien la ausencia de su hijo mediano, con el que tenía una gran complicidad. Su mujer, Maria Palacios, se ha convertido en su gran apoyo, como hemos podido comprobar en el funeral, en el que no se separó de su lado.
Intentando mantener la entereza y continuar con su vida, Lequio no faltó ayer a su puesto de trabajo como colaborador de "El programa del verano" pese a que le esperaba uno de los tragos más amargos para cualquier padre, el tener que asistir al funeral de su propio hijo.