Contará con un presupuesto de 31 millones de euros, casi un 3% menos con respecto al pasado ejercicio

El Arzobispado de Santiago pide a los contribuyentes que marquen la casilla de la Iglesia porque ‘depende de sus fieles’

Manuel Silva y Dictino Maceira.
El Arzobispado de Santiago pidió hoy a los contribuyentes que marquen la casilla de la Iglesia católica en su declaración de la renta porque ‘su sustento depende de los fieles’ en virtud del nuevo marco de financiación de la Iglesia establecido entre el ente religioso y el Estado, por el cual éste retira su aportación directa.
La Conferencia Episcopal pondrá en marcha una campaña entre mayo y junio -fechas en las que se realiza la declaración de la renta-, con anuncios en medios de comunicación e Internet, carteles y periódicos en parroquias, artículos en revistas especializadas y mediante un 'mailing' a 150.000 asesores y gestores.

Bajo el título 'En el templo', las autoridades eclesiásticas pretenden ‘concienciar’ a los contribuyentes de que su aportación es ‘fundamental’ para el sustento de la Iglesia y, en Galicia, tratarán de que la comunidad se aproxime a la media estatal, de la que dista unos siete puntos porcentuales. ‘Pretendemos activar el gesto de marcar para la Iglesia’, explicó el ecónomo diocesano, Dictino Maceira, en una rueda de prensa celebrada hoy en Santiago.

‘Pretendemos significar la dependencia de la Iglesia en la asignación tributaria, puesto que los aproximadamente cuatro millones que recibiremos en 2008 constituyen menos de un 25 por ciento de los gastos de la diócesis’, lamentó.

GASTOS E INGRESOS DIOCESANOS.

El Arzobispado de Santiago también presentó hoy sus cuentas para 2008, que podrán ser sometidas todavía a alguna variación en función de la aportación ‘vía IRPF’. Así, Dictino Maceira hizo público un presupuesto de 31.500.257 euros, un 2,63 por ciento inferior al del año anterior. ‘Es muy restrictivo en el gasto ordinario en línea con la austeridad religiosa, pero supone un notable incremento en las inversiones en nuevos templos’, destacó.

Los gastos de la Diócesis de Santiago, que está formada por 1.071 parroquias, los seminarios y la Catedral, se centran en las actividades pastorales y asistenciales --catequéticas, litúrgicas, socio-caritativas y de ayuda a la Iglesia universal--, en la retribución del clero --que percibe el salario mínimo-y de otro personal, en la conservación del patrimonio y en la construcción de templos nuevos y reforma de los mismos.

Por otra parte, el apartado de los ingresos se nutre de las aportaciones voluntarias de los fieles, de las subvenciones que pueda recibir, de la explotación de su patrimonio y, extraordinariamente, de la venta de inmuebles o fincas propiedad del arzobispado, así como de plusvalías generadas en la bolsa de valores inmobiliarios.

No obstante, la situación del mercado inmobiliario también afecta a la economía eclesiástica, puesto que supuso una reducción de este apartado frente al mismo del año anterior en un 22,05 por ciento. ‘Y los milagros económicos no están todavía resueltos por la intervención del Apóstol’, ironizó el ecónomo, que apostilló que ‘hace falta para mantener una diócesis con tantas parroquias y tanta dispersión poblacional’.

‘FALTAN’ TEMPLOS.

La construcción de nuevos templos se hace ‘necesaria’ porque, según apuntó, ‘sobran iglesias pero también faltan’. Así describió la situación actual de la diócesis, que cuenta con tantas iglesias como parroquias y ‘muchas más’ capillas, aunque muchas de ellas se sitúan en asentamientos ‘que están quedando despoblados’. Sin embargo, lamentó que ‘zonas que están creciendo’ no haya iglesias ‘suficientes’.

De este modo, se refirió a nuevos barrios que se van configurando, así como a localidades como Milladoiro y Bertamiráns, que cuentan con ‘miles de habitantes’ e ‘insuficientes’ templos. Por lo tanto, la diócesis prevé construir en los barrios compostelanos de Santa Marta, Salgueiriños y Amio; y también en Milladoiro, donde se necesitan instalaciones ‘mejores’, porque ‘sólo en el catecismo hay 400 o 500 niños’.

Las previsiones que maneja el ecónomo pasan porque la primera nueva construcción en la capital gallega sea la del barrio de Santa Marta, donde ‘tan sólo’ hay una ‘pequeña capilla’. Aunque el terreno ya está definido, el Arzobispado se encuentra negociando un convenio con el ayuntamiento para la cesión del mismo ‘cuanto antes’.

Además, el arzobispado prevé otras construcciones fuera del entorno de la ciudad del Apóstol, como en el barrio pontevedrés de Monteporreiro, cuyas obras comenzarán este año. También en A Coruña se prevén actuaciones en Os Rosales, Eirís, A Zapateira, Novo Mesoiro y Santos Angeles, de las que ‘una o dos’ se iniciarán este año.

INCREMENTO DE ACTIVIDADES.

A pesar del recorte presupuestario, el ecónomo diocesano apuntó que ‘se intenta’ que las actividades socio-caritativas no sufran un descenso, sino un aumento, como el que experimentarán este año con 150.000 euros más. ‘Poco a poco, se va haciendo todo lo posible, porque no hay más dinero’, lamentó.

‘También quisiéramos subirles la retribución a los sacerdotes y tener calefacción y buenas instalaciones en todos los templos’, admitió, pero consideró que la atención a los ciudadanos ‘de niveles más desfavorecidos es una ‘demanda prioritaria’ y que responde también ‘a los deseos de los fieles’.

Por lo tanto, aseguró que las aportaciones de los contribuyentes mediante el marcado de la casilla de la Iglesia católica se utilizarán para el mantenimiento del culto, las obras de caridad y el sustento de los ministros eclesiásticos.

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