LA FIESTA DEL DESCUBRIMIENTO

Baiona defendió su viaje en el tiempo contra viento y marea

Puestos de comida
photo_camera La Festa da Arribada en Baiona no se concibe sin los tradicionales puestos de comida.

La lluvia y el viento propició múltiples cambios y anulaciones en el programa de actividades, hecho que no asustó a los incondicionales.

La Festa da Arribada 2014 luchó contra viento y marea con las inclemencias meteorológicas que prácticamente no dieron tregua en su primera jornada obligando a realizar modificaciones y suspensiones en la mayoría de las actividades programadas al aire libre, así pues el primer pase de la principal novedad de este año “Bautismo hípico medieval” tuvo que ser suspendido debido a la lluvia, así como las Justas. Además las navieras se vieron obligadas a anular el servicio a petición de Capitanía Marítima a expensas de la previsión de hoy domingo con lo que visitantes del otro lado de la ría, de Panxón y de la ciudad vecina de Vigo, no pudieron acudir por mar. Debido a todo, las calles del conjunto histórico baionés lucieron menos transitadas de lo normal pero aún así los incondicionales acudieron a los puestos de comida, curiosidades y artesanía que estuvieron durante este sábado en la villa. Cerca de la una del mediodía los principales accesos reflejaban una densidad de circulación un poco mayor de lo normal, pero nada que ver con las caravanas quilométricas de ediciones anteriores. 

Con el fin de exprimir al máximo los puestos, tanto hosteleros como adjudicatarios tuvieron que agudizar el ingenio y montar toldos improvisados encima de sus quioscos que en algunos puntos cubrían calles de lado a lado, hecho que animó a unos pocos a cerrar el paraguas y refugiarse en ellos con la mirada en el cielo y la esperanza puesta en las mejoras meteorológicas, mientras entraban en calor con taza de vino en mano servidas por los taberneros de la villa. La lluvia produjo contrastes en las muestras de oficios antiguos que con martillos y cinceles moldeaban, en algunos casos, los metales para hacer armas o herraduras mientras el agua no dejaba de caer. Poco después de las 16 horas los rezos surtieron efecto y la lluvia dio cierta tregua, hecho que motivo un ligero aumento de visitantes por las calles principales que se fueron llenando paulatinamente.

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