Bucarest, acosada cada vez más por perros callejeros

Más de 40.000 perros estan abandonados en las calles de Bucarest. (Foto: Marcel Garcon)
Unos 40.000 perros abandonados, según estimaciones de diferentes organizaciones no gubernamentales (ONG), viven actualmente en las calles de Bucarest ante la impotencia de unas autoridades municipales desbordadas.
Se pasean sucios y melancólicos junto a los mercados y entre los bloques de vivienda de la época comunista. Se tumban al sol frente a las villas y ven pasar ,casi siempre indiferentes, a los transeúntes que los esquivan o miran con desprecio.

'Es una situación inaceptable, tanto para la salud pública como desde el punto de vista de los derechos de los animales', explica en declaraciones a Efe Marilena Cristian, portavoz de ROBI, una ONG que defiende los derechos de los animales en Rumanía.

Esta organización exige la esterilización obligatoria de esos perros y lucha por la creación de un censo de animales que permita perseguir a quienes abandonen las crías en la calle.

'Actualmente se esteriliza a los perros que viven en la calle, pero no es suficiente. Hay que castrar a todos los que no tengan pedigrí, tengan o no dueño, y no sólo a los de la calle', dice.

Desde que el alcalde capitalino, Sorin Oprescu, llegó al poder en 2008, las autoridades municipales buscan una salida que satisfaga a todas las partes implicadas.

Una tarea difícil, porque los dueños de los perros se oponen a unas medidas de castración forzosa que consideran lesivas para su derecho a la propiedad.

Mientras se busca una solución a largo plazo, el ayuntamiento captura cada día unos treinta perros vagabundos, los esteriliza y los deja a cargo de las ONG, que los devuelven a la calle bajo supervisión de sus voluntarios.

Organizados por zonas, los voluntarios vigilan a los animales, les proporcionan comida y avisan a las ONG de casos de agresividad.

De este modo, buena parte de los perros de la calle dejan de reproducirse, pero nuevas camadas sin esterilizar son abandonadas y aumentan la población canina libre de la ciudad.

La 'avalancha canina' en esta capital se remonta a los tiempos del ex dictador comunista Nicalae Ceausescu, cuando infinidad de villas con sus patios y jardines eran derribadas para la reconstrucción socialista de la capital y miles de perros eran abandonados en las calles.

Cuando las autoridades postcomunistas quisieron resolver el problema en los años 1990 se vieron desbordadas por su magnitud.

El primero en actuar de forma contundente fue el alcalde Traian Basescu, hoy presidente del país, quien en el 2001 ordenó la eliminación masiva de perros vagabundos, de los que unos 50.000 fueron aniquilados durante su primer año en el poder.

Pero la presión social e internacional consiguió rebajar después el número de animales eliminados, hasta adoptarse una prohibición definitiva el año pasado.

Aunque la mayoría de animales se muestran más apáticos que agresivos, los hospitales de la ciudad tratan cada día a ciudadanos atacados por los canes.

En febrero pasado, tres perros callejeros atacaron a Silviu Mazilu, un mecánico de 40 años de edad, cuando volvía a casa del taller de Bucarest en el que trabaja.

'Me persiguieron unos metros. Les amenace con gestos y gritos, pero se me echaron encima y uno de ellos me mordió en la pierna', relata indignado.

La herida no fue grave pero Mazilu acudió de inmediato a una cercana clínica para recibir una vacuna contra la rabia y evitar así posibles infecciones.

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