CRóNICA

Se busca asistenta filipina que sepa cocinar paella

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photo_camera La emprendedora culinaria Eva Miera, que ha puesto en marcha La cocina de Eva (www.lacocinadeva.com).

"El perfil de la empleada de hogar ha cambiado totalmente en los últimos años y hay pocas, muy pocas que sepan cocinar. La familia acaba comiendo fatal, niños incluidos"

Las chachas son ahora empleadas de hogar, ya no vienen del pueblo sino de Filipinas, Paraguay, Brasil o Ucrania, y no saben cocinar tortilla de patatas. Por eso muchas familias recurren a las clases de Eva Miera, que les enseña a elaborar platos del recetario tradicional español.

"El perfil de la empleada de hogar ha cambiado totalmente en los últimos años y hay pocas, muy pocas que sepan cocinar. La familia acaba comiendo fatal, niños incluidos", de ahí que esta emprendedora donostiarra se animara a poner en marcha La cocina de Eva (www.lacocinadeva.com) y a desplazarse por casas de cierto poder adquisitivo donde abundaban los congelados y los precocinados.

El cien por cien de sus alumnas son extranjeras, "la mayoría filipinas", a las que enseña a hacer "sopas, cocido, lentejas albóndigas, tortilla de patatas, croquetas, paella, ensaladas, pisto, merluza en salsa verde... Y a utilizar adecuadamente el horno, la plancha o la Thermomix, porque en muchas casas está de adorno en la encimera", explica en una entrevista con Efe.

Imparte las clases en las cocinas de sus clientes, con lo que enseña a sus asistentas a desenvolverse en su entorno de trabajo, con sus utensilios y sus electrodomésticos. "Primero me reúno con la señora de la casa, veo los gustos y las necesidades de la familia y elaboro menús semanales con primer plato, segundo y postre", detalla Miera, que ofrece sus enseñanzas en Madrid.

Además de menús de cocina española y de aprovechamiento, para que no se desperdicie lo que hay en la nevera, Eva Miera enseña a elaborar platos bajos en calorías para quienes estén más preocupados por la dieta.

Sus clases comienzan acompañando a las empleadas de hogar a hacer la compra para que sepan escoger los mejores productos de temporada; después examina el menaje para asegurarse de que no falta nada imprescindible -"no se puede hacer una tortilla en una sartén que se pega", justifica- y, tras diseñar el menú, cocina junto a la alumna las recetas requeridas.

"Tengo un amplísimo catálogo de platos, pero si me piden algo que no está, nunca digo que no", comenta. Porque además de la croqueta, una de las estrellas de su recetario, desde la tradicional de jamón a la más novedosa de chipirones en su tinta, los clientes suelen pedirle que enseñe a sus asistentas a hacer platos típicos regionales que comían de niños.

Hay empleadas de hogar que aprenden en tres clases y otras que requieren más tiempo, pero la familia nota los resultados. "Supone comer bien diariamente, te cambia la vida; llegas tarde del trabajo y puedes cenar bien con un caldo reconfortante o unas albóndigas en salsa de tomate".

También sus alumnas lo agradecen: la falta de conocimientos culinarios de varias de las asistentas a las que ha impartido clases a punto estaba de costarles el puesto de trabajo hasta que esta 'Mary Poppins' de los fogones las encauzó. "He sido la última oportunidad para algunas", asegura.

Para Miera, que proviene del mundo de la publicidad pero domina la cocina por vocación propia y por tradición familiar -"soy de San Sebastián", dice con orgullo- no hay una alumna imposible: "Es un tema de paciencia, no de tener aptitud o no".

La profesora les deja las recetas impresas con todas las indicaciones y está disponible al teléfono para resolver dudas y emergencias cómo qué hacer cuándo se ha sido generosa en exceso con la sal o con la temperatura de cocción.

Elena Arroyo es una de sus satisfechas clientas. "Resultó fantástico. En mi casa no había manera de comer un buen arroz y ahora la paella y la tortilla de patatas son estupendas. Comemos más variado y mejor. Es tan práctico que he vuelto a contratar clases", asegura a Efe.

El boca a boca ha dado el espaldarazo a su negocio, que empezó hace un año y "tiene mucha aceptación". Porque, como la propia Eva Miera recuerda: "La comida es tan importante.... Si se come bien se es feliz".

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