La Cabalá ortodoxa carga contra Madonna y asegura que no les beneficia

Se dice Cabalá y no Cábala y nada que ver con las pulseras rojas ni con las botellas de agua a seis euros el medio litro que populariza la cantante estadounidense Madonna, indica Michael Laitman, fundador del Instituto de Cabalá Bnei Baruch, que pasó por Madrid esta semana y derribó falsos mitos sobre su enseñanza.
'Tenemos un gran problema con todos esos que, bajo el nombre de Cabalá, venden agua santa, hilos rojos, como Madonna', asegura en una entrevista Laitman, de origen bielorruso y defensor de esa Cabalá 'auténtica', más allá de quienes se benefician en páginas como www.kabbalahredbracelet.com de todo un sistema de merchandising.

'La sabiduría de la Cabalá dice que lo que nosotros hacemos con nuestro cuerpo no es nada, más allá de su efecto psicológico. Estudiamos el placebo en el hombre y entendemos que actúa las fuerzas interiores como un remedio. Pero lo que necesitas es el conocimiento. Todo lo demás es secundario', explica este gurú de la Cabalá con estudios en Filosofía y Cibernética Médico-Biológica.

Secta, religión, rama del judaísmo o manual de autoayuda son distintas categorías en las que la Cabalá ha sido emplazada, pero Reitman, que en su instituto de estudios cabalísticos en Internet cuenta con dos millones de seguidores en todo el mundo, evade todo contacto con la mística.

'Se han desarrollado muchas leyendas sobre la Cabalá', explica Raitman. 'Se decía que estudiaba las estrellas y descubría la suerte, el destino. Había estado oculta durante muchos años y pensaron que era mística, pero en realidad es una ciencia que nos dice que en la naturaleza se encuentra el programa de nuestro funcionamiento'.

Estos conocimientos provienen de hace 5.000 años en Babilonia, cuando el colapso de la civilización de 'un hombre que perseguía a su propio ego' se tradujo en la división del mundo en distintas lenguas que imposibilitaban la incomunicación, según el Antiguo Testamento.

Ahora, la Historia se repite: 'Vivimos una situación parecida. La crisis económica y ecológica son un resultado directo del egoísmo imperante ahora. Entraremos en una crisis más grande aún y vendrán tiempos peores. Entonces emergerá la Cabalá como única alternativa. Soy cien por cien optimista a ese respecto', asegura.

¿Cómo eliminar el egoísmo?. 'No negamos su existencia, buscamos un uso distinto de él. Si el egoísmo busca el beneficio propio, ¿es éste el resultado de su dictadura?. Familias que no se entienden, depresiones, drogas... Tenemos que invertir las energías', asegura.

Así, el egoísmo verdadero debería desembocar en bondad: 'Yo querré comportarme como una persona correcta porque es lo que provoca cosas buenas en mí', resume. 'Es el único camino'.

¿Es esta afirmación categórica compatible con la libertad del individuo?. 'Actualmente, todos somos marionetas activadas por la fuerza de la naturaleza y reaccionamos de manera incorrecta. Al cambiar esto, empezaremos a ver nuestra libertad: cuánto podemos aceptar y recibir'. Recibir es, de hecho, lo que significa Cabalá en hebreo.

'Hay muchas personas en el mundo que comienzan a entender. Nos encontramos en un estado de cansancio, incluso los grandes políticos. Tú ves el G-20 (Grupo de los Veinte países más desarrollados y emergentes) y son encuentros en los que no pueden decidir nada. No tienen solución: nosotros se la daremos cuando escuchen'.

Para llegar a esa verdad, siempre según Raitman, no hay ni rituales ni sacrificios, sino un estudio pertinaz y complejo en el que cada alumno decidirá hasta dónde quiere llegar.

'Como cualquier ciencia, hay personas que se sacrifican todo el día y toda la noche para llegar a alguna revelación. Tienen el premio Nobel ante ellos. Se encuentran personas que están en rangos inferiores: que estudian leyes de física en la escuela que le sirven en su vida de forma simple', argumenta.

Tras pasar por España -donde los sefardíes (los descendientes de los judíos que vivieron en la Península Ibérica hasta 1492) comenzaron a entender la Cabalá como una doctrina-, Reitman ha volado a Buenos Aires para el Congreso Latinoamericano de Cabalá y ya prepara para octubre un nuevo encuentro en Turquía, en apoyo a la clandestinidad a la que están sometidos estos estudios en el mundo árabe.

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