El pasado 7 de febrero, Turquía y Siria sufrieron un fuerte terremoto que causó la pérdida de miles de vidas, una cifra que a día de hoy todavía se desconoce debido a las labores de recuperación y rescate que aun se están llevando a cabo.
Entre toda la desolación que se ve en las calles de Kahramanmaras, hay una edificación que destaca. Esta edificación ha logrado mantener su integridad estructural de una manera inaudita. La mayoría de edificios se desplomaron ante la intensidad del terremoto, que ha sido catalogado como un 5,5 en la escala de ritcher.
Una de las excepciones a esta regla ha sido la cámara de ingenieros civiles, una edificación de tres plantas que cuenta con un tejado dispuesto en bóveda de cañón. A primera vista, no causa la impresión de una fortaleza inexpugnable, sin embargo, su amplia planta sumada a su baja altitud es lo que la ha logrado mantener intacta.
Los terremotos se pueden categorizar en dos tipos en función de la longitud de su desplazamiento. Cuando el terremoto realiza un gran desplazamiento, los edificios altos son más propensos a venirse a bajo. Por el contrario cuanto es un movimiento de misma intensidad, pero de longitud corta, son los edificios bajos los más propensos a verse afectados por esta fuerza.