EE.UU. prohibió el amianto en 1989 y la Unión Europea diez años después por la constatación de que la exposición a este material, usado en la construcción, provoca un cáncer con una elevada mortalidad. Pero los países pobres y en vías de desarrollo lo siguen usando en la construcción y el transporte, con escaso control, que causará 'un aumento de muertes en las décadas venideras', según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La OMS publicó ayer un informe en el que destaca que las muertes relacionadas con amianto se redujeron en países ricos gracias a la prohibición de su uso, pero las economías pobres corren el peligro de coger el relevo del letal contacto con este material. Ofrece datos de países avanzados entre 1994-2008, y llama la atención sobre la falta de información procedente del resto del mundo.
